Diez años después de que estallara la crisis económica en España, la sociedad de la comarca de la Safor en general y de la ciudad de Gandia en particular vive dos realidades. Por una parte está la de aquellos que han pasado lo peor y parece que empiezan a salir del bache, encontrar trabajo y a disponer de una situación con algo menos de incertidumbre que la que tenían hace poco. Al mismo tiempo y de forma contradictoria, cada ejercicio crecen las familias que solicitan ayudas para poder subsistir porque en sus casas no entran ingresos.

A lo largo de este 2017, el Ayuntamiento de Gandia ha sostenido a unas 630 familias a través de las llamadas Rentas de Emergencia, un programa de la Generalitat en el que es el consistorio, a través del departamento de Responsabilidad Social que dirige Nahuel González, el que adelanta el dinero para evitar que estas personas se queden sin ingresos durante meses. Muchas de estas viviendas no dispondrían de ningún ingreso si no fuera por la ayuda de la ciudad y la Generalitat.

En los doce meses del 2017, el consistorio gandiense ha invertido 2,8 millones de euros en estas ayudas de carácter social, lo que supone un importante incremento respecto al pasado año, cuando la ciudad recibió de la conselleria que dirige Mónica Oltra alrededor de 2,1 millones de euros. En total, según datos a los que ha tenido acceso este periódico, durante este año han sido 1.026 las familias que han solicitado recibir la ayuda, aunque no todas han sido aprobadas. Según explicaba ayer González, «lejos de reducirse, las solicitudes crecen año a año y también las ayudas que nos llegan desde la Generalitat».

Del total de las familias que están en este programa de ayuda social, un 40% son extranjeras. La tipología es muy variada pero destacan las monoparentales, mayoritariamente con mujeres al cargo de los hijos y con padres que no les prestan ningún apoyo, y hombres que viven solos.

La cuantía de las ayudas depende del número de personas que formen el núcleo familiar. Van desde los 388 si se trata de una sola persona hasta los 509 cuando son seis miembros. Se trata de cantidades que les dan para lo básico.

El objetivo final de los servicios sociales del ayuntamiento es que las personas que están en situación de exclusión se reintegren en la sociedad. Por ello resultan tan importantes programas como el Incorpora't, que ha servido para abrir itinerarios de formación y exploración de capacidades de aquellas personas que llevan mucho tiempo en la exclusión.

A su ya complicada situación, se enfrentan a dos graves problemas: El primero es la falta de aptitudes sociales y laborales y, tal vez el más grave, la estigmatización a la hora de encontrar un trabajo. «Lo que las empresas deben tener claro es que el agradecimiento de estas personas cuando las contratan es tan grande que lo dan todo a la hora de desarrollar su trabajo. Son los primeros interesados en causar buena impresión», explicaba González.

La Renta Garantizada es una ayuda que se concede para seis meses. Pasado ese tiempo, las familias deben volver a solicitarlas. Los trabajadores sociales del Ayuntamiento de Gandia han hecho un esfuerzo titánico en los dos últimos años para reducir el tiempo de resolución de las subvenciones, que corre a cargo de la Generalitat. La última apenas ha tardado un mes, pero hubo ocasiones en que se alargó hasta 8 o 9, un tiempo en que las personas que estas familias pasaban a cobrar una ayuda de emergencia del Ayuntamiento, en tanto que es el único medio de subsistencia del que dispone la mayoría.

Ayudas al alquiler

Son muchas las necesidades que tienen las familias con menos recursos de Gandia. Por ello, el ayuntamiento tiene abiertas diversas líneas de ayudas. La del pago del alquiler es una de ellas, y de las más importantes, pues evita que algunas personas se queden en la calle. En lo que va de 2017, el consistorio ha pagado el 50% del arrendamiento a 146 personas. En lo que respecta a la ayuda de pobreza energética, el ayuntamiento invirtió el año pasado 14.361 euros, mientras que en el ejercicio que está a punto de cerrarse se ha incrementado hasta los 120.000 euros que han servido para abonar 1.400 recibos.