En el año 2020, concretamente el 23 de julio, se cumplirá el centenario de la declaración del Palau Comtal dels Centelles i Riusech de Oliva como monumento histórico-artístico nacional. Se trata del quinto de la Comunitat Valenciana y primero de la Safor por su importancia, tras el teatro romano de Sagunto, la Església de la Sang de Llíria, el Castell-Palau de Alaquàs o la Casa de la Ciutat, en Alzira.

El de los Centelles es un palacio gótico-renacentista de la primera mitad del siglo XV con importantes remodelaciones en el siglo XVI y que tuvo elementos comunes con el mismísimo Palau de la Generalitat, en València, lo que puede indicar que algunos constructores pudieron trabajar en ambos monumentos.

El Gobierno de Oliva, consciente de la importancia que tiene la recuperación de su monumento más emblemático, ha presentado a los fondos Feder de la Unión Europea un proyecto de restauración parcial que supondría una inversión de medio millón de euros. La iniciativa cuenta con la única oposición del PSPV-PSOE, que no lo considera prioritario en estos momentos.

Buena parte de este palacio desapareció víctima del expolio y del urbanismo incontrolado, pero se calcula que todavía queda un 40% de sus restos, muchos entre las casas de la calle Palau y el perímetro del mismo. Por ello se necesita que la población tome conciencia de lo conveniente que sería recuperar la memoria de un edificio que, según los historiadores, introdujo las nuevas tendencias artísticas del Renacimiento a la península ibérica.

En la actualidad,la mayoría de sus restos se encuentran ocultos en el interior de las casas de las calles Comare, Les Torres, Aula y Duc d'Osuna. Otros elementos fueron expoliados o llevados a Dinamarca,y algunos adquiridos por la Hispanic Society of America. A pesar de todo, aún se conservan casi la mitad de sus murallas, y cuatro de las siete torres. De estas últimas destaca por sus dimensiones la Torre de l'Homenatge, dispuesta sobre el muro sur, y numerosos vestigios de las estancias de la plantas baja y primera, especialmente en el ala occidental. Además en el Museu Arqueològic se encuentran seis de las columnas de mármol blanco de carrara rematadas por capiteles corintios procedentes del claustro.

El proyecto contempla la consolidación de la Torre de la Comare y la restauración de su cubierta, además de la construcción de rampa de acceso, restaurar el lienzo este y el interesante foso lateral con su excavación arqueológica.

Además, se pretende conectar las calles de la Comare y Duc d'Osuna y derribar construcciones del noreste, cosa que facilitará la interpretación volumétrica del edificio al contemplarse perfectamente el baluarte de la calle de les Torres, de propiedad municipal y que también será intervenida.

Recuperar el perímetro y el volumen exterior del Palau Comtal permitirá que no se asocie como algo desaparecido. La demostración de la pervivencia de este Bien de Interés Cultural, junto con la recuperación de otros edificios vinculados a la familia Centelles-Riusech, como l'Enginy o la fortaleza de Santa Anna, permitirán diseñar nuevas rutas e itinerarios turísticos.

El proyecto considera «clave» la peatonalización de la calle Palau para realizar una correcta lectura de la huella arquitectónica del antiguo palacio. Además se plantea la visualización de una de las partes más representativas, esto es el pórtico del patio de armas, a través de una señal interpretativa que permita evocar esta pieza arquitectónica apoyándose en trabajos de realidad virtual.

Finalmente se plantea crear un «museo virtual» para divulgar todo este patrimonio con la ayuda de las nuevas tecnologías.

El gobierno olivense considera que la recuperación de estos edificios permitiría revitalizar un entorno del casco antiguo que hoy está algo degradado, ayudaría a revertir la problemática del envejecimiento poblacional y mejoraría la imagen del barrio.