Pocos sabían que su verdadero nombre era José Luis. Tal era la fuerza e ímpetu que imprimía en cada una de sus acciones al frente de la Policía Nacional que todos los conocían como Vicente Vega. Por sus dos apellidos. A simple vista un agente serio pero en las distancias cortas, cuando ya te habías ganado su confianza, era una gran persona y mejor policía.

Sobre sus espaldas cayeron en multitud de ocasiones los destinos temporales o veraniegos de la Comisaría de la Policía Nacional en Gandia. Una de las mejor valoradas de toda España por la eficacia y resolución de casos policiales.

Vicente era uno de esos agentes de la vieja escuela, forjados con el grupo de Pedro Ramírez, Celestino de Andrés, Manolo Sanz y Andrés Marchante. Aquellos del miniclub, de la comisaría situada en la plaza del Beato y del paso a las nuevas dependencias de la calle Ciutat de Laval.

Vivió los años duros de Nazaret y el paso a Santa Anna. Como Inspector Jefe supo rodearse de un buen equipo y cuando tomaba el mando de la Comisaría nadie notaba que no estaba el Jefe o que se estaba a la espera de un nuevo comisario. Discreto y callado, hablaba poco y pausado, pero observaba mucho y era un excelente profesional de la Policía.

A principios de los años 90 atajó, junto con otros compañeros del cuerpo, las andanzas de los «Pelao», los «Corache» o la «Alcantarilla», entre otros muchos, y siempre con buenos y exitosos resultados. Se le quedó alguna espina clavada de casos sonados, sobre todo aquellos relacionados con muertes violentas, homicidios o asesinatos, a las que también dedicó tiempo y alma.

Hubiera podido ascender, pero cambiar de destino no era lo suyo, aquí había hecho su tranquila vida y sus amigos. Cuando asumía ser el Comisario en funciones, nada cambiaba en su vida o en su hacer, siempre seguía siendo el mismo.

Ya no lo veré más paseando con su mujer por las calles del centro de Gandia o por el paseo de las Germanias, con ese saludo discreto y reconocido, con ese ligero levantamiento de cuello de una persona que siempre fue fiel a sus principios. Algunos sabíamos de su estado, de su larga enfermedad, pero aun así él seguía fuerte, agarrado a la vida y con la convicción de marcharse con el deber cumplido y la conciencia tranquila.

Sé que pueda parecer difícil o complicado, y puede que hasta irreal, que un periodista de sucesos hable así de un policía. Pero cuando son tantos años pudiendo hablar y comentar casos con él, se le llega a conocer de forma verdadera. Y por eso, no solo la Comisaría de Gandia ha perdido a un gran policía y mejor persona, también sus amigos que, por mucho que algunos lo esperaran y lamentaran, todavía no se lo llegan a creer porque él fue bondad infinita y vocación de servidor público.

Con discreción, sin grandes honores ni parafernalias. En la tarde de ayer en la Insigne Colegiata de Gandia, quienes le apreciábamos y tuvimos la suerte de compartir con él muchas horas, le dimos el último adiós.

Descansa en Paz, José Luis Vicente Vega, Inspector-Jefe de la Policía Nacional. Sin novedad, amigo Vicente.