¿Qué cifra debe alcanzar el paro de la comarca de la Safor para poder hablar de recuperación real? Si la respuesta hay que buscarla en los números que se registraban antes de que estallara la crisis, aún se está bastante lejos de llegar a ese punto. No hay que negar que la situación ha mejorado mucho en los cuatro últimos años, en los que ha habido una considerable bajada de demandantes de empleo en las listas del Servef. Sin embargo, los 13.578 parados con los que ha acabado el 2017 aún se encuentran muy por encima de los 10.933 que se registraron a finales del 2008, primer año completo de la crisis económica en España.

Al mercado laboral de la Safor, por su particularidad, le está costando mucho absorber el gran número de personas sin empleo que ha dejado atrás uno de los periodos económicos más negros que se recuerdan en la comarca.

Una prueba de ello es que en 2017 la reducción del paro ha sido la mitad de la que se registró en 2016, lo que confirma la tendencia que se viene observando durante todo el año recién terminado, la del estancamiento. En cifras concretas, entre enero y diciembre del pasado ejercicio dejaron de ser demandantes de empleo un total de 883 personas (de 14.461 a 13.578). Durante el mismo periodo pero de un año antes esa misma magnitud alcanzó los 1.868 parados menos. En términos interanuales, lo mismo. Entre diciembre de 2015 y 2016, el paro bajó en 1.533 personas. Al contrario, de 2016 a 2017 la cifra se ha reducido a solo 676 desempleados menos en doce meses (de 14.254 a 13.578).

El mes de diciembre ha sido bueno pero menos de lo que se podría esperar. Ha permitido superar, por debajo, la barrera psicológica de los 14.000, que tanto ha costado franquear en 2017. De hecho, el mes comercial por excelencia se ha anotado la mayor bajada del año, al descender respecto a noviembre en 455 personas (3,24%). La cifra, sin embargo, también es menor que el mismo periodo de 2016, cuando casi 600 desempleados encontraron un trabajo, seguramente gracias a la campaña de Navidad.

Es el sector servicios el que absorbe el mayor número de personas que han hallado un empleo a lo largo del 2017 con 462. De estas, 242 han sido contratadas para trabajar en comercios, mientras que 83 lo han hecho en establecimientos hosteleros. La inmensa mayoría, como también ocurre habitualmente, son contratos de carácter temporal que se extinguirán con la finalización de la campaña navideña.

En el caso contrario está el sector agrícola, que en la comarca de la Safor está copado casi al cien por cien por la campaña de recogida de naranja y que ha visto como aumentaba el paro en 31 personas durante el mes de diciembre. También ha crecido en la construcción, con ocho personas más, mientras que ha bajado en apenas tres trabajadores en la industria y en 29 en el sector de personas que no declaran actividad laboral concreta.

Por municipios, aunque Gandia es por número en la que más baja el paro, con 223 desempleados menos respecto a noviembre, a nivel porcentual es Tavernes de la Valldigna la ciudad que suma el mayor descenso con un 4,96%, al salir de las listas del Servef un total de 60 personas (de 1.209 a 1.149).

También ha cerrado el año con menos paro la ciudad de Oliva, donde han dejado de tener esa condición 92 vecinos (4,63%), Xeraco (-3), Bellreguard (-1), Simat de la Valldigna (-9) o la localidad de Daimús (-5), entre otras.

Al contrario, Villalonga es de los pocos pueblos de la Safor donde se ha incrementado el número de parados, al pasar de 332 a 370 (38 más), lo que supone un aumento porcentual del 11,45%.

Elevada precariedad

El sindicato UGT ha valorado la situación del mercado de trabajo en la Safor. Para Raül Roselló, la comarca sigue dependiendo de las campañas estacionales, en este caso la navideña, «que en esta ocasión no ha logrado repuntar». Para el secretario comarcal de la formación, «el escaso impacto que se observa a lo largo de estos últimos años de la campaña navideña, solo se puede explicar por la flexibilidad horaria y de jornada, así como un abuso de horas extras, a las que recurren las empresas».

Roselló incide que el empleo actual esconde «una elevada precariedad con contratos temporales y a tiempo parcial, la mayoría involuntarios y con remuneraciones más bajas» y resalta que «solo un 6’55% de los contratos firmados son indefinidos». El dirigente sindical considera «importante» apostar por unas políticas que permitan crecer a la comarca a medio y largo plazo. «Hay que inducir a un crecimiento más equilibrado, sostenible e integrador, generar más y mejor empleo, de calidad y con derechos y elevar el bienestar y la calidad de vida de todos, con especial atención a la corrección de las desigualdades de todo tipo y la superación de las bolsas de pobreza que la crisis y las políticas estatales aplicadas han extendido.