Lorenzo Josende Campos, hijo adoptivo del escritor Alfons Verdeguer González (València, 1923-1974), visitó la pasada semana Oliva para asistir a la presentación del número 15 de la revista Cabdells, editada por la Associació Cultural Centelles Riusech, en la que se publica un interesante artículo de Francesc Devesa sobre la vida de su padre. El artículo se titula «Un valencianista de postguerra a Oliva: Alfons Verdeguer», y narra la relación del escritor con esta ciudad de la Safor.
Els clàssics, la terra i jo (1954), Grecs en la meua tinta (1958) y Viatge a Ausiàs March (1961). De hecho, su último libro es una excursión literaria en busca de las vivencias del gran poeta del siglo XV. Verdeguer relata su viaje a pie desde Oliva a Beniarjó, acompañado por dos niños, Antoni Arlandis y Lorenzo Josende, el primero hijo de los amigos de Oliva y el segundo su propio ahijado.
Aprovechando su estancia en Oliva para acudir a la presentación de la revista en la que aparece el artículo sobre su padre, el propio Lorenzo Josende atendió a este periódico.
¿Cómo se ponen en contacto con usted desde Oliva?
Fue Paco Devesa quien hizo una investigación tras ver una estampa de la primera comunión de María Arlandis Puig, que mi padre la hizo en valenciano hace ahora sesenta años, y así es como empezaron a mirar en el despacho que tenemos en la calle de Peris y Valero, en València, quién podía ser su hijo, y me encontraron por teléfono. Fue algo maravilloso porque yo ya llevaba la idea de pasar por Oliva y quedar con los Arlandis, que eran, según mi padre, «nuestros amigos de Oliva» y tenía en mi corazón poder volverlos a ver tras muchos años sin conexión.
Porque usted ya estuvo en esta ciudad con su padre cuando era pequeño...
Sí, veníamos al menos en tres ocasiones al año y nos poníamos junto a la carretera donde vivían los Arlandis. Recuerdo que mi padre comenzaba a contar historias, cuentos y batallas y todos los niños del barrio le escuchaban encantados...
Alfons Verdeguer también era un enamorado de Oliva.
Así es. Le encantaba venir. Además también le gustaba toda la comarca de la Safor y era un defensor del valenciano.
¿Una de sus publicaciones fue el Viatge a Ausiàs March entre Oliva y Beniarjó.
Ese es el libro que escribió y que Paco Devesa, con un estilo muy parecido, ha querido reproducir y que repetimos con él durante la primavera de 2017.
¿Su padre ha sido reconocido en vida o considera que pasó al olvido?
Olvidado no está del todo porque le dedicaron una calle en València y ahora han hecho un aparcamiento al lado del hospital La Fe y también le han puesto de nombre Alfons Verdeguer, pero es cierto que no ha tenido demasiados reconocimientos. Simplemente aparece una pequeña reseña en la Enciclopedia Valenciana, y también está la de su padre y mi abuelo, Salvador Verdeguer, que fue poeta y trabajó en la casa de los obreros en el Teatro Talía porque le gustaba mucho el teatro y la poesía. La verdad es que estamos muy contentos del reconocimiento que ahora se ha hecho en Oliva de mi padre.
