El presidente de la Diputació de València, Jorge Rodríguez, llevó ayer buenas noticias a los residentes en la urbanización Monterrey, situada a caballo entre los términos municipales del Real de Gandia y Palma de Gandia. Esta institución ha firmado un convenio para aportar 300.000 euros destinados a la conducción que permitirá llevar agua sin nitratos a las cerca de cien viviendas allí situadas, así como al preventorio infantil Nuestra Señora del Amparo, en donde residen medio centenar de niños.

Esa inversión no es suficiente para concluir el proyecto, que está valorado en 600.000 euros, de manera que, según explicó ayer el alcalde del Real, Gustavo Mascarell, los dos ayuntamientos implicados deberán conseguir ahora, como sea, los otros 300.000 euros necesarios para que el agua llegue a las viviendas.

La noticia fue dada ayer por el presidente de la diputación durante una visita a la zona en la que, obviamente, estuvo acompañado por los alcaldes Gustavo Mascarell y Mari Trini Miñana.

El proyecto que va a ejecutarse consiste en una canalización para llevar agua del sistema en alta procedente de los pozos que la Mancomunitat de Municipis de la Safor gestiona en el término de Villalonga. Eso permitirá, por una parte, disponer de líquido suficiente para el abastecimiento actual y futuro. En segundo lugar, dar seguridad al servicio, evitando cortes a los usuarios. Y, finalmente, acabar con las fugas y reparaciones que ahora se sufren por un sistema antiguo que no se ha renovado.

Muchos años «sin hacer nada»

Según expresó el alcalde del Real, durante muchos años «nadie hizo nada» para presentar un proyecto que, en cuestión del agua potable, permitiera situar a los residentes de Monterrey en igualidad de condiciones respecto al resto de vecinos. Eso empezó a cambiar hace un año cuando, junto a la alcaldesa de Palma, mantuvieron un encuentro con el presidente de la diputación del que salió el convenio de 300.000 euros dado a conocer ayer.

El agua de Monterrey, además de nitratos, sufre contaminación por terbumetón. Los vecinos beben de un pozo privado que recientemente se ha limpiado, una acción que no se llevaba a cabo desde hace 18 años. Eso ha mejorado algo el servicio, pero todos son conscientes de que la solución es el aporte de líquido de la red que abastece al resto del Real.

Respecto a los 300.000 euros que faltan para completar la obra, Gustavo Mascarell indicó que los dos ayuntamientos llamarán a otras administraciones y también una parte deberá correr a cuenta de los vecinos que se beneficiarán del proyecto.