? El director de Deportes de la Generalitat, Josep Miquel Moya, que es vecino de Bellreguard, ha terciado en la polémica generada por las señales de tráfico de su municipio y ha criticado a la Delegación del Gobierno por considerar que, en este caso, «solo mira hacia un lado» cuando trata de «convertirse en garante de la legalidad».

Moya considera que la Administración del Estado se limita a la defensa del castellano y olvida el valenciano, que, además de lengua cooficial, también merece protección.

En ese sentido, el director de Deportes lanza un reto y llama a pensar qué ocurriría «si todos pedimos que se cumpla la legalidad y el Estado utilice el valenciano en las señales de las carreteras de las que es titular». «Eso sería reciprocidad», y concluye que él ya lo ha pedido para la N-332, precisamente la carretera que atraviesa la Safor y el propio municipio de Bellreguard.