Stephen Singleton, un ciudadano inglés afincado en Gandia, tuvo durante su vida una gran pasión por la música y, antes de morir, quiso que las melodías con las que él disfrutaba no se perdieran en el pozo del tiempo. Por eso pidió a su esposa que legara al Ayuntamiento de Gandia toda la colección acumulada durante su vida. Discos extraordinarios, extraños, casi inéditos, sobre artistas ingleses y norteamericanos, pero también de música, celta, clásica y ópera con intérpretes y autores que en absoluto es fácil encontrar en el mercado o en internet y que desde ahora están a disposición de cualquier usuario de la Biblioteca Central de Gandia, donde han quedado para el alquiler en una estantería que le rinde un pequeño homenaje al llevar su nombre y su foto.

Se trata de más de 2.400 cedés que constituyen un catálogo «magnífico», según señaló ayer el concejal de Cultura, Joan Muñoz. A su lado el músico y musicólogo Miguel Vercher reconoció que, cuando le pasaron la relación de discos, con sus autores, grupos y orquestas participantes, «se me pusieron los pelos de punta» al comprobar la extraordinaria colección.

Stephen Singleton, que vivió en Marxuquera, donde muchos británicos encontraron su propio paraíso, no solo adquiría sus discos en las tiendas de España o de Inglaterra. En los últimos años, gracias a las nuevas tecnologías, compraba por internet en cualquier lugar del mundo, de ahí lo extensa, variada y singular de esta colección de discos que ahora está al alcance de cualquiera.

Fue su esposa quien cumplió el deseo que Singleton le había transmitido hace más de dos años, cuando falleció, y quien se encargó de gestionar la dotación al Ayuntamiento de Gandia.

Joan Muñoz, además de agradecer el gesto, señaló ayer que la colección de cedés es «única» porque, entre otros muchos aspectos, algunos de los discos no están registrados en ninguna biblioteca pública de España. Miguel Vercher concluyó que ahora lo importante es que los melómanos puedan disfrutarla.