Hace años que aparcar en Gandia es un auténtico suplicio. Salvo en jornadas festivas, a esta ciudad le llegan cada mañana miles de coches procedentes de localidades vecinas que, al sumarse a los propios de los gandienses, literalmente no caben.
Así lo señalaban los informes técnicos que precisamente se realizaron en la pasada legislatura, cuando el gobierno local del Partido Popular llegó a plantear, e incluso inició las obras, para obligar al pago de tarifas por aparcar en una zona azul más extensa aún que la que ahora se ha diseñado, y también en las campas situadas en distintos puntos de la ciudad, siempre que fueran de titularidad municipal.
Cada día los gandienses y quienes viven fuera y acuden para trabajar, comprar, usar sus servicios o llevar a cabo alguna gestión pierden una barbaridad de tiempo dando vueltas para buscar un lugar donde dejar el coche.
En ayuntamiento, que ahora se ha visto sorprendido por la reacción ciudadana a la ampliación de la zona azul, sí que aplicó medidas en los párkings públicos que fueron muy bien recibidas, especialmente por la notable reducción de las tarifas para aparcar.
Pese a eso, a nadie se le escapa, y eso también lo señalaban los informes técnicos, una obviedad que nadie cuestiona. A la inmensa mayoría de los ciudadanos les genera rechazo pagar por dejar el coche en la ciudad.