El Ayuntamiento de Xeraco ha tenido que asumir finalmente el coste de las obras que se están llevando a cabo en la desembocadura del río Vaca, en la conocida como zona de la Goleta, para que este cauce llegue hasta el mar y no se produzcan los muchos problemas que su bloqueo genera por culpa de la arena acumulada.

El consistorio xeraquero ha solicitado reiteradamente al Ministerio de Medio Ambiente, que es el que tiene la competencia en esa actuación, que lleve a cabo los trabajos, pero, como ocurre en muchos otros lugares con problemas similares, el Gobierno de España se ha desentendido de ello.

El resultado es que el río Vaca habitualmente inunda campos, asfixiando las raíces de árboles y plantas y daña infraestructuras municipales, como es el caso de la red de aguas pluviales, al producirse un efecto retorno por no poder desembocar al mar. Además, y según informó ayer el ayuntamiento, el nivel del agua también inunda caminos rurales, que quedan cortados al tráfico, como ocurrió el año pasado, en que, ante las fuertes lluvias de diciembre, no se pudo acceder a algunas parcelas durante casi cuatro meses.

Por ese motivo, fue el mismo ayuntamiento el que, con recursos propios, elaboró un proyecto consistente en ejecutar una desembocadura mucho más ancha, como la existente en el año 1992, de manera que la arena no vuelva a taponarla y el río Vaca llegue hasta el mar, cumpliendo así su función natural de drenaje del agua que, además del término de Xeraco, llega desde el área de la Valldigna.

Rubio indicó a Levante-EMV que espera concluir las obras en una o dos semanas, depende de si llueve o no, y que la inversión se situará entre los diez mil y los veinte mil euros.

Una zona tres veces protegida

La desembocadura del Vaca es un espacio natural sometido a tres grados de protección ambiental de varias normativas valencianas, españolas y europeas. Además de ser un lugar donde anida el «corriol», se incluye en los Lugares de Interés Comunitario (LIC) del humedal que forma el río y del de las dunas litorales. Todo ese espacio está en el área de influencia del Marjal de la Safor, igualmente protegido, y, se incluye, con el macizo del Mondúber, en las casi diez mil hectáreas que son zona de especial protección de aves.

También fue, el pasado verano, un lugar de roce e incluso enfrentamiento entre los ayuntamientos de Gandia y Xeraco. Allí mismo está el linde entre ambos términos y existe un área que ambos municipios consideran como propia.