Las obras de urbanización del área de Marenys de Rafalcaid, en Gandia, paralizadas desde hace años y cuyos trámites se remontan a cerca de quince, podrían concluir en el plazo de entre 12 y 18 meses si la mayoría de los aproximadamente 220 propietarios aceptan el pago de 4 euros por metro cuadrado.

Esa es la oferta que ayer lanzó el Gobierno local de Gandia para poner fin a otro de esos tristes capítulos del urbanismo en esta ciudad. La reciente norma de protección del litoral, varias sentencias judiciales que han obligado a modificar el plan urbanístico, la crisis económica, los impedimentos de la Ley de Costas o los problemas para construir un canal de evacuación de aguas residuales y pluviales están en la nómina de hechos que han impedido a tres gobiernos locales, los dirigidos por José Manuel Orengo, Arturo Torró y ahora con Diana Morant, ejecutar la totalidad del proyecto y hacer que las parcelas pasen a tener la categoría de solares.

En la actual situación no se pueden conceder licencias de obras, y según reveló ayer el concejal Miguel Ángel Picornell, hay personas que han tenido que desistir de vivir allí por no poder construir, ampliar o arreglar sus viviendas.

La propuesta lanzada ayer por el ayuntamiento se asemeja a una oferta irresistible. El consistorio evitaría cargar a los vecinos cerca de 800.000 euros en obras ya ejecutadas, de manera que tendrían que aportar el aproximadamente medio millón de euros que falta para acometer una «intervención mínima» pero necesaria para cumplir los parámetros para recepcionar la urbanización y dar el título de solares a las parcelas.

Junto a Picornell, los responsables de Urbanismo y Territorio de Gandia, Vicent Mascarell y Xavier Ródenas, respectivamente, explicaron que esa «intervención mínima» se haría para no cargar a los propietarios más que los gastos imprescindibles. Entre esos figura la construcción de una red de distribución eléctrica en condiciones, la adecuación de calles y plazas y la construcción de las zonas verdes fijadas en el plano.

El ayuntamiento solo acometerá las obras si la mayoría de los propietarios acepta las condiciones, entre las que figura que, además de pagar solo 4 euros por metro cuadrado, el abono se produciría cuando los trabajos hayan finalizado.

«Pensamos que se trata de una muy buena oportunidad», dijeron los tres responsables municipales. De hecho, Vicent Mascarell reveló que, con el dinero que ahora tendrían que pagar, aún estarían dos euros por debajo del total de cuotas de urbanización que se anunció en el año 2003.

La consulta a los propietarios se realizará mediante la firma de un documento que los interesados pueden obtener en el departamento de Urbanismo o en el centro social de Marenys de Rafalcaid. Xavier Ródenas, sin citar casos concretos, señaló que este procedimiento podría ser «la llave» para acabar otras urbanizaciones inconclusas, como es el caso de Marxuquera.