La ciudad de Gandia se convirtió en la tarde de ayer en la capital de la Diócesis de València, con la asistencia de miles de integrantes de cofradías y hermandades de la Semana Santa llegados de 41 localidades diferentes para celebrar la Procesión Diocesana, que estuvo presidida por el obispo auxiliar, Arturo Ros.

A las cuatro y media de la tarde la banda de música formada por miembros de las hermandades de la Semana Santa de Gandia abrió un itinerario de devoción, en el que, especialmente al principio, hubo algo menos de gente de la que se esperaba debido, en gran parte, a un ambiente frío propio de un febrero que ayer mostró su cara más invernal.

Tras la banda de música de las hermandades gandienses, la Cruz Guía del Santo Cáliz de Alberic y, a partir de ahí, 34 imágenes diferentes y cerca de 40 bandas llegadas de 41 localidades que hicieron de Gandia el punto de encuentro anual de la hermandad entre las cofradías religiosas que, en cada Semana Santa, se encargan de representar la pasión, muerte y resurrección de Cristo. A medida que pasaba el tiempo los ciudadanos, tanto gandienses como los llegados de otras localidades, llenaron amplios tramos del itinerario, formado por la calles Sant Francesc de Borja, Germanies y Duc Alfons el Vell, para llegar a la plaza Major.

Los pasos más monumentales fueron los presentados por Gandia, pero también se pudo disfrutar de bellísimas tallas que raras veces salen de sus localidades.

El Cristo Resucitado, la imagen titular de la Junta Mayor de Hermandades de Gandia, cerró el desfile, que concluyó más de cinco horas después de que saliera el primer integrante de la procesión.

Junto al obispo Ros, el abad de Gandia, Joaquín Saneugenio, y otras autoridades eclesiásticas, el solemne acto estivo presidido por los integrantes de la Junta Mayor local, con María José Martí a la cabeza, la madrina de 2018, Paqui García, y del Ayuntamiento de Gandia, a cuyo frente estaban la alcaldesa, Diana Morant, y el delegado municipal de la Semana Santa, Ciro Palmer.

Los actos de la Diocesana 2018 de Gandia, que arrancaron el 13 de enero con una jornada de convivencia, abren ahora un paréntesis hasta el próximo 18 de noviembre, cuando tendrá lugar una visita de cofrades al Grau y la playa, una eucaristía en Santa María del Mar y una comida de despedida.