El Ayuntamiento de Tavernes de la Valldigna dispondrá este año de 2,1 millones de euros más para poder destinarlos a inversiones durante este 2018. La liquidación del presupuesto municipal del año 2017, es decir, el balance final que arrojan las cuentas una vez se llega a fin del ejercicio, ha revelado un remanente de tesorería que permitirá al ayuntamiento llevar a cabo nuevas acciones de regeneración urbana.

El remanente de tesorería es el dinero líquido que queda en las cuentas al final del ejercicio contable y una vez se ha hecho frente a todas las obligaciones fiscales y con proveedores. El Gobierno local presentará el resultado en el pleno, previsto para el lunes, 5 de marzo.

El alcalde, Jordi Juan, explicó ayer a Levante-EMV que la intención del Ejecutivo local es la de invertir ese dinero en «obras de actuación rápida». Como ejemplos citó la creación de un parque canino en la playa, a semejanza del que existe en la zona de los Sequers del pueblo, seguir mejorando los espacios infantiles, la reparación de aceras o también habilitar zonas verdes saludables, es decir, espacios con aparatos para realizar ejercicios, conocidos como «Parques de Calistenia».

En principio, los municipios que se acogieron al Plan de Ajuste en 2012 están obligados a utilizar el superávit a pagar deuda. Sin embargo, la actual ley permite a ayuntamientos como Tavernes, que cumple con una serie de requisitos, poderlo destinar a inversiones financieramente sostenibles. «Cumplimos con la regla de gasto, con el Periodo Medio de Pago (PMP) a proveedores y tenemos un endeudamiento por debajo del 75%», señaló Juan.

Aunque el Ayuntamiento de Tavernes tiene dos grandes proyectos a los que hacer frente, la piscina cubierta y la construcción del colector de la playa, el alcalde explica que su intención no es invertir esos 2,1 millones en hacer frente a esas obras porque «su paralización no es una cuestión económica, sino de trámites administrativos».

En el caso de la instalación deportiva, Juan señala que está a la espera de conocer la liquidación del contrato con la empresa y en lo que respecta al colector, en estos momentos, el ayuntamiento está inmerso en los trámites administrativos para la ocupación de los terrenos. «A nivel económico son proyectos que no me preocupan porque disponemos de dinero para poder hacer frente al inicio de las obras del colector y, además, tenemos capacidad para endeudarnos y pedir un préstamo si es necesario», indicó.

En cambio, el remanente de tesorería tiene vigencia solamente durante 2018, de ahí que «apostamos por proyectos que se puedan ejecutar de forma rápida y repercutan en la mejora del urbanismo de la ciudad» porque desde el momento en que el ayuntamiento pueda disponer de ese dinero tras los trámites oportunos, «apenas nos quedarán seis meses para ejecutarlos».

Juan señaló que el buen resultado de la economía local durante el año pasado se debe a dos factores. «Por una parte, porque no hacemos ningún gasto sin que tenga consignación presupuestaria. En segundo lugar, porque adaptamos los gastos a los ingresos, es decir, gastamos solo lo que tenemos». Por último, explica el alcalde vallero, «también se debe a que hacemos una previsión de ingresos conservadora».