En diciembre del año pasado, las Brigadas Natura 2000 de Alicante informaron sobre el hallazgo de excrementos de nutria en la confluencia del barranco de l'Encantada con el río Serpis, entre la presa de Beniarrés y l'Orxa. Este hecho llevó a la Conselleria de Medio Ambiente a llevar a cabo un estudio preliminar que ha despejado la incógnita. Efectivamente, este mamífero carnívoro, que desapareció de este lugar hace unos 70 años, ha vuelto.
Que se sepa, no han sido vistas, pero el rastro de su ciclo biológico se extiende por una zona lo suficientemente amplia como para determinar su existencia sin margen de error. Los técnicos de la Generalitat detectaron durante tres meses seguidos excrementos frescos tanto en el tramo indicado como aguas abajo, ya dentro del término de Villalonga, así como entre Cocentaina y Muro d'Alcoi, puntos que distan entre sí más de treinta kilómetros. Los investigadores sospechan que la impresionante crecida que registró el caudal del río en toda su cuenca en diciembre de 2016 pudo borrar rastros de la nutria en otros lugares.
De momento no hay estudios sobre la población que puede haber fijado su residencia en esta zona. Sí se sabe que muy probablemente la nutria se refugia en los barrancos de aguas limpias que vierten al Serpis en una parte de su recorrido, donde encuentra el alimento, fundamentalmente peces, que requiere para subsistir.
Los técnicos también interpretan que esta especie protegida, inofensiva para el hombre, puede haber llegado desde los barrancos que vierten al río Albaida, donde fue detectada hace muy pocos años, dado que, a lo largo de muchos kilómetros, se trata de dos cuencas hidrográficas limítrofes.
Fuentes de la Conselleria de Medio Ambiente indicaron ayer a este periódico que en los próximos meses se llevarán a cabo nuevas inspecciones para determinar con la máxima precisión dónde se ha asentado nutria y qué población puede estar viviendo ahora en el Serpis y en sus afluentes.
Como en tantos otros lugares, la nutria fue un animal común en los ríos mediterráneos, también en este que discurre desde las sierras de la Font Roja y la Mariola hasta la playa de Gandia. El uso masivo de elementos químicos para la industria, que generó una elevada contaminación del agua, la construcción de la presa de Beniarrés, a mediados de la década de los 50 del siglo pasado, y la acción del hombre, que la persiguió sin control, están entre las causas de su desaparición.
«Condiciones adecuadas»
Aunque no existe ningún programa concreto que afecte al río Serpis, fuentes de la Generalitat indican que, como animal protegido que es, adoptarán las medidas necesarias para consolidar su existencia.
«La posibilidad de que esta población incipiente se asiente en el Serpis dependerá de la capacidad de acogida del medio receptor, fundamentalmente comida y refugio, variables que parecen adecuadas en esta cuenca», concluye el informe de los técnicos de la Conselleria de Medio Ambiente, al que ayer tuvo acceso este periódico.
