El Museu Faller está más cerca de dejar de ser un quebradero de cabeza para las comisiones y la Federació de Falles (FdF) de Gandia. El Ayuntamiento aprobó en el pleno de anoche pasar a asumir el cien por cien del pago de la hipoteca del edificio, que hasta ahora se repartían en un 51% las Fallas y otro 49% el consistorio.

Este anuncio es fruto de la gestión que ha llevado a cabo en los últimos tres años el presidente de la Federació de Falles, Telmo Gadea, tanto con el Gobierno local como con la oposición, con la intención de que las fallas de la capital de la comarca de la Safor dejen de estar en la cuerda floja y pendientes de que se haga frente o no a las cuotas pertinentes.

Según explicó ayer a Levante-EMV el concejal de Fallas, José Manuel Prieto, este trámite no va a suponer un gasto mayor para el consistorio, ya que lo que se hace es redistribuir el presupuesto destinado a las fallas. Esto implica que se saca de la subvención que reciben las comisiones la partida del Museu pero no supone una reducción del dinero que se destina a las fallas. A su vez, se traducirá en una menor presión para las comisiones, que podrán respirar más tranquilas cada año.

Prieto destacó ayer que ha sido una operación que se ha llevado a cabo desde el consenso con las fallas y con el resto de grupos del ayuntamiento. «El presidente de la Federació de Falles ha mantenido contactos a todos los niveles para conseguir este paso», explicaba. Mientras, Gadea insistía en que se trata de un «acuerdo de ciudad».

«Con la aprobación de esta modificación del convenio se da un paso adelante en lo que significa guardar la seguridad que tienen las fallas respecto al Museu Faller», señalaba Gadea ayer a este periódico. El presidente de la entidad fallera insistía en que «han sido tres años de duras gestiones para intentar convencer a los políticos de la problemática que suponía el Museu».

Pese a que será de propiedad municipal, la gestión y mantenimiento tanto del edificio como del personal seguirá corriendo a cargo de las fallas. Telmo Gadea recordó que «la Federació tiene anualmente 120.000 euros en gastos que tiene que seguir asumiendo y que se cubren con fondos propios, sin pedir dinero a las fallas», explicaba. En un futuro también habrá que estudiar si se formaliza algún tipo de convenio para que el ayuntamiento pueda utilizar el recinto.

Resuelta esta cuestión, aún restará un último trámite para que el Museu Faller deje de ser un auténtico lastre para las 23 comisiones de Gandia: Conseguir que los casales dejen de ser aval al que el banco echaría mano en caso de impago. En la legislatura pasada, de hecho, ya hubo varias amenazas de embargo porque el consistorio no pagaba su parte. Tanto el ayuntamiento como la Federació de Falles ya trabajan en esa línea y confían en que en los próximos meses se pueda anunciar que los casales de las fallas de Gandia dejan de ser una garantía para el pago de las cuotas del edificio.

El Museu Faller cumple este 2018 diez años de vida desde que fue inaugurado.