Aunque muchos no lo saben, Tavernes de la Valldigna tiene una especie de paseo marítimo. Es la zona peatonal que se encuentra ante las viviendas ubicadas en la primera línea de la playa e incluso tiene nombre, ya que en el registro municipal aparece como Passeig de les Arenes. Arranca desde la zona conocida como Puerta del Sol. A la derecha llega hasta el edificio Flamingo y a la izquierda se corta, sin más, mediante un cercado al final de las casetas adosadas. Pues es en este punto donde el Ayuntamiento ha planeado instalar una pasarela de madera, a semejanza de la que hay en la playa de l´Auir, para dar continuidad a ese espacio.

Este proyecto está incluido en la propuesta de inversiones que ayer presentó el Gobierno local en el pleno municipal para destinar el superávit logrado tras la liquidación del presupuesto del año 2017 y tendrá un coste, según esta previsión, de unos 40.000 euros.

La idea del departamento de Turismo es que este pasillo, de dos metros y medio de ancho, arranque desde donde acaban las construcciones y, pegado al margen del edificio colindante, en forma de «s», llegue hasta la siguiente entrada de la playa, ubicada en la calle Aitana, frente al retén de la Policía Local y esquina con la avenida de la Marina. Se trata de una infraestructura de madera que transcurrirá por las dunas y será de tipo no invasivo para respetar la cría del Chorlitejo Patinegro.

Las obras para instalar la pasarela supondrán la retirada de la valla de obra que pone fin al paseo actualmente.

Este paseo de las Arenas está arropado por las viviendas de la primera línea de la playa. Si se aprecia el paseo cuesta creer que, como explica el concejal de Turismo y Urbanismo, Josep Llàcer, sea de titularidad pública, en tanto que más bien tiene el aspecto de una terraza. Cada vivienda tiene su propia puerta para acceder a la zona de la arena y, además, cada una de ellas tiene el pavimento personalizado. En verano, además, son muchos los propietarios de esas viviendas los que sacan sus mesas y sillas para tomar el fresco y reunirse con los amigos.

En cambio, en Google Maps aparece rotulado como paseo de les Arenes, como ha podido comprobar este periódico.

La instalación de esta nueva pasarela de madera, sin duda, conllevará un cambio de rol de este paseo de Les Arenes. Si bien no se creará un paseo con todo lo que ello conlleva, ya que nunca puede estar equipado al cien por cien como tal, sí que abre la posibilidad a que se genere un mayor trasiego de personas.

Por otra parte, el ayuntamiento vallero ha previsto otros 50.000 euros que destinará a la instalación de un puente de madera del mismo tipo para salvar el canal de defensa de la zona del linde con Cullera. La idea es unir la playa de la Goleta con la del Brosquil, en tanto que son muchos los veraneantes que realizan largos paseos a orillas del mar y que, al llegar a este punto, se ven con la obligación de atravesar por las compuertas del propio canal.

El edil Josep Llàcer comentaba ayer, en conversación con este periódico, que eran muchos los vecinos que pedían una infraestructura de este tipo y más ahora que en una zona muy próxima a ese punto el Ayuntamiento de Cullera ha habilitado una playa apta para perros, a la que se puede llegar de forma muy sencilla desde el litoral vallero y que está teniendo mucho éxito entre aquellos que no se quieren dejar a las mascotas en casa cuando bajan a darse un baño o tomar el sol.