Mucho tendrían que cambiar las cosas para que el Ayuntamiento de Gandia no cumpla con su objetivo y, seguramente hacia finales de este año, inicie las obras para terminar la urbanización de Marenys de Rafalcaid, que están paralizadas desde hace años y cuyo proceso administrativo se remonta a quince años.

Hace dos meses el ayuntamiento lanzó una «oferta» a los cerca de 220 propietarios de las parcelas afectadas. Por una parte, perdonaba unos 800.000 euros en obras ya ejecutadas y, por otra, garantizaba que la urbanización se daría por acabada con el pago de una cuota de 4 euros por metro cuadrado para todos ellos. Ahora bien, los responsables municipales indicaron que esa actuación solo se llevaría a cabo si la mayoría de los afectados daba su visto bueno al proyecto.

A día de ayer en la consulta convocada habían participado 60 de esos propietarios, y el resultado es abrumadoramente a favor de terminar la urbanización. Un total de 54 piden ejecutar las obras en las condiciones indicadas y otros 6 rechazan la propuesta.

Habida cuenta que la intención es conocer la opinión de la mayoría, el ayuntamiento ha informado que porroga la consulta hasta el 3 de mayo. A partir de ese momento se sabrá si Marenys de Rafalcaid pasa a ser zona urbana de Gandia, con todos los derechos que implica para los propietarios, o si se mantiene en esta situación de impás, con parcelas en las que no se pueden dar licencias de obras mayores ni, obviamente, construir nuevos edificios.

El concejal presidente de la Junta de Distrito del Grau, que incluye el área de Marenys de Rafalcaid, Miguel Ángel Picornell, señaló ayer a este periódico que considera que la participación hasta el momento ha sido significativa, pero que confía en que al menos la mitad de los interesados exprese su opinión para así ganar en legitimidad a la hora de aprobar un proyecto, y el pago de la cuota de 4 euros por metro cuadrado, que acabarían afectando a todos, sin exclusión alguna.

El sí mayoritario expresado hasta el momento por los 60 propietarios evidencia, también, que por un lado está la Asociación de Vecinos de Marenys, que desaprobaba la propuesta del ayuntamiento, y, por otra, los afectados, que se inclinan claramente por poner fin al largo capítulo del proyecto de obras y que sus parcelas sean urbanas.

Problemas judiciales, la construcción de un colector, las afecciones por la proximidad del mar y otros aspectos están en el origen del retraso en la ejecución de esta obra. Dependiendo del resultado, el ayuntamiento estudia aplicar el mismo modelo para acabar otras urbanizaciones inconclusas, entre ellas las que existen en el área de Marxuquera.