El concejal de Ciudadanos, Ciro Palmer, es, desde la noche en que se conocieron los resultados de las elecciones del 2015, una figura a la que el PP de Gandia siempre ha tenido muy presente. De aquellas semanas en que dirigentes de la formación popular intentaron persuadirle para que hiciera alcalde de nuevo a Arturo Torró, con la ya famosa presencia de un concejal a las puertas de su casa, se pasó a la crítica feroz por apoyar finalmente a Diana Morant como alcaldesa de un gobierno en el que está un grupo municipal formado por Compromís, EUPV y Esquerra Republicana y a una negociación para una moción de censura que no solo no fructificó sino que acabó con un enfrentamiento el edil del partido de Rivera y los del PP.

La siguiente fase ha sido la dirigirse a él o a su partido para reclamarle que deje de sustentar al Gobierno local cada vez que alguno de sus miembros ha llevado a cabo alguna acción pública de tinte idológico alejado del de Ciudadanos y Palmer o aprovechando cualquier otra cuestión.

Si el pasado martes Isabel Bonig pedía a Albert Rivera que obligue a Palmer a dejar de apoyar a los grupos del gobierno por la investigación que se está llevando a cabo respecto a la compra de un local en la ciudad por parte de la Federación Valenciana de Fútbol, ayer era el secretario general de los populares en Gandia, Vicent Gregori, quien apuntaba al concejal de la formación naranja para acusarle de estar manteniendo en el gobierno de la ciudad a formaciones que apoyan el independentismo.

Gregori hizo estas acusaciones a tenor de los actos que han organizado varios colectivos para conmemorar el 25 d'Abril y que incluía, ayer, mostrar lazos amarillos en apoyo a los dirigentes catalanes presos por organizar el «procés».

«Ciro Palmer, de Ciudadanos, tendrá que explicar algún día por qué sigue apoyando a un gobierno en Gandia, compuesto por partidos financiados presuntamente de manera ilegal y que además se muestran a favor de la independencia de Cataluña», indicó Vicent Gregori.

Esta situación, según el dirigente de Gandia, «es una novedad que entra en contradicción con la postura nacional de Ciudadanos y Albert Rivera».

Los populares de la ciudad de Gandia fueron más allá y también pidieron anular un acto «basado en la falacia y que promueve conductas tendentes a la violencia y el totalitarismo, al cuestionar los pilares fundamentales de cualquier democracia, como son la necesaria separación de poderes y el respeto a la Ley, que en definitiva es la expresión máxima de la voluntad popular».