El pleno del Ayuntamiento de Oliva ha aprobado, por unanimidad, adoptar el compromiso de iniciar los trámites para firmar un convenio de colaboración entre el consistorio y la Parroquia de Sant Roc, con la finalidad de hacer visitable el patrimonio cultural que alberga este templo.

La propuesta la hizo el alcalde de la ciudad, David González, tras la petición formulada por el cura párroco de Sant Roc, Javier Català, consciente de la importancia que tiene el patrimonio artístico del templo para la ciudad y para sus visitantes.

Dos son los elementos que sobresalen de Sant Roc de Oliva. Por una parte la extraordinaria Capella del Santíssim Crist, con los frescos del discípulo de Joseph Llàcer, del siglo XVIII, que son conocidos como la «Capilla Sixtina de la Safor». Se trata de una auténtica joya del arte barroco construida entre 1725 y 1749, acercándose a los modelos del clasicismo romano.

Representa la gloria de Cristo Resucitado en la Cruz junto a la Santísima Trinidad aclamada por coro de ángeles y las imágenes de los santos de las calles de la feligresía. En la cúpula central figura el escudo heráldico del duque de Benavente y las figuras de los cuatro evangelistas pintadas por Llorenç Chafrión, discípulo de Conrrado Giaquinto.

Por otra parte, también destaca el descubrimiento de que el templo parroquial de Sant Roc sirvió de base de Carabineros, la número 1, durante la pasada guerra civil española. De esta etapa quedan grafitis interesantes en sus muros y columnas de la iglesia, una ducha para oficiales y, sobre todo, un refugio subterráneo de 33 metros de recorrido que se pierde hacia el Tossal del Doix al que se accede por una escalera pavimentada en ladrillo de arcilla. La entrada está cubierta actualmente por un cristal y su acceso puede verse fácilmente desde la misma Capella del Crist.

Pero también resulta interesante la cúpula, conocida popularmente en Oliva como «la mitja taronja» con pechinas laterales en las que aparecen las figuras de los cuatro evangelistas, pintadas el fresco por Antonio Cortina Farinós el año 1883. De todo ello destaca la armonía del colorido del conjunto, la técnica del claroscuro, así como el tratamiento de las vestidura, con pliegues muy detallados y telas que parece tengan movimiento.

El bello templo de Sant Roc de Oliva está ubicado sobre una antigua mezquita mudéjar, la cual tenía su muro central orientado hacia La Meca. En 1535 fue erigida como parroquia para los cristianos nuevos.

En el siglo XIX se decidió construir el nuevo templo, desmontándose las partes dañadas de la antigua iglesia y comenzando las de la nueva, obras que concluyeron en 1886. Posteriormente, entre 1958 y 1960 se levantó la torre campanario, un proyecto coordinando con el bellísimo juego de cúpulas de su exterior en el que destaca el azul de las tejas, una de las imágenes icónicas de la ciudad de Oliva.

Los grupos políticos olivenses señalaron que están abiertos a estudiar la posibilidad de llevar a cabo convenios de colaboración con las otras parroquias olivenses, Santa Maria la Major y Sant Francesc d'Assís, si así lo solicitan también sus respectivos párrocos responsables.

De diferentes estilos y épocas, las tres iglesias de Oliva, junto al convento del Rebollet, reúnen elementos artísticos que, sin duda, bien merecen una visita pausada.