Un grupo de estudiantes de la Universitat Politècnica de València, entre los que hay algunos del Campus de Gandia, ha elaborado un proyecto para construir una barraca típica valenciana que funcione exclusivamente con placas solares y que ahorra un 75 % de energía. La idea es convertir una construcción tradicional en un elemento adaptado al siglo XXI y, de ese modo, tratar de demostrar que «la huerta valenciana no debe ser un impedimento para el crecimiento», según explican los propios alumnos.

Este proyecto multidisciplinar, del que forman parte 32 estudiantes de 15 titulaciones diferentes, y al que llaman Azalea UPV, ha sido escogido como finalista de la Solar Decathlon, una competición universitaria internacional impulsada en 2002 por el Departamento de la Energía de Estados Unidos, cuyo objetivo es el diseño y la construcción de viviendas que consuman la menor cantidad de recursos naturales y produzcan un mínimo de residuos durante su ciclo de vida.

La construcción planteada por Azalea UPV no se basa en utilizar materiales caros, sino en optimizar los recursos mediante estrategias pasivas. Según explica Alina Marín, estudiante de la UPV, «solo con cambiar la orientación de las ventanas y aprovechar las corrientes de aire se puede ahorrar un 75% de energía». «La energía que más se ahorra es la que no se utiliza», explica. La estudiante considera que no construye siguiendo estas estrategias «por falta de conocimiento y también de concienciación».

La elección de la barraca por parte del equipo no es una casualidad. Los estudiantes se han decantado por este tipo de construcción porque pretenden competir poniendo en valor una construcción típica valenciana. «La barraca forma parte de nuestro patrimonio natural y cultural y se encuentra en otro patrimonio, la huerta, que nos ha nutrido y ha sido espacio de trabajo y reunión durante siglos», afirma Alina Marín, integrante del equipo. «Con nuestro proyecto queremos que la huerta deje de ser vista como un obstáculo que impide crecer y pase a formar parte de la casa», explica la alumna.

Del equipo Azalea forman parte Saray Cerro, Selene Gómez, Jorge Galán y Silvia Bonillo, estudiantes de Comunicación Audiovisual y Máster CALSI Social Media del Campus de Gandia. Se encargan de coordinar la comunicación pública y actividades de sensibilización social en colegios, asociaciones, etc. «Con estas acciones queremos que el proyecto no sea solo construir una casa, queremos poner nuestro granito de arena para contribuir a un mundo más sostenible», explica Saray Cerro.

De nuevo, el Campus de Gandia demuestra el potencial que tiene para contribuir a crear una sociedad más formada y también deja claro el gran potencial que supone para la comarca disponer de esta sede de la Universitat Politècnica de València.