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Una clínica estética de Gandia cierra y deja sin tratamiento a decenas de clientes

El establecimiento ha bajado la persiana sin previo aviso - Los afectados pagaron por adelantado

Una clínica estética de Gandia cierra y deja sin tratamiento a decenas de clientes

Decenas de usuarios de Clínicas Vela, un establecimiento de estética sito en la avenida de la República Argentina de Gandia, se han visto afectados por el inesperado cierre del negocio después de haber pagado por anticipado los bonos para diversos tratamientos. Varios clientes han denunciado a este periódico que sus sesiones se han interrumpido, no han recuperado el dinero de los bonos y ni siquiera han podido localizar a los responsables de la clínica, abierta desde principios de 2017 en ese local.

Carlos, un usuario que utiliza este nombre ficticio para preservar su identidad, asegura que pagó unos 400 euros por cinco sesiones de depilación por láser y que sólo se le han realizado dos. «Hace unas semanas pasé casualmente por delante de la clínica y vi que había un camión de mudanzas cargando mobiliario, y ya me olí algo», señala Carlos. «Les llamé pero ya no cogían el teléfono, y su web está desactivada».

Por esta misma situación están pasando otros muchos clientes que pagaron bonos «a muy buen precio» por varias sesiones y tratamientos que ahora no pueden completar. Hay quien incluso ha intentado localizar a través de las redes sociales, sin éxito, a los responsables de la clínica. «Yo no he recibido ningún aviso de ellos», asegura Carlos, «ni antes ni después del cierre». «Y si les pongo una demanda me costará más dinero del que ya he perdido». «Deberíamos crear una plataforma de afectados», agrega.

Entre 5.000 y 8.000 euros

Este periódico consiguió ayer contactar telefónicamente con el administrador de la sociedad Clínicas Vela, Juan Carlos Álvarez. «Cerré porque ya no podíamos pagar ni el alquiler del local, me han desahuciado», afirmó. «No he dejado abandonados a mis clientes, estoy intentando llegar a un acuerdo con otras clínicas estéticas de Gandia para que puedan atenderlos gratuitamente». Álvarez negó haber «desaparecido» sin dejar rastro. «No miro el teléfono todos los días, pero a menudo contesto a las llamadas acumuladas enviando un mensaje de móvil para explicarles que estoy buscando una solución».

El propio Álvarez calcula que son muchas decenas de usuarios los que se han visto afectados por el cierre. El valor total de los tratamientos interrumpidos asciende a «entre 5.000 y 8.000 euros», según su versión. Álvarez reconoce que también tiene deudas con la plantilla de la clínica, la Seguridad Social y Hacienda.

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