La escolarización de los más pequeños de la casa es una de las cuestiones que más quebraderos de cabeza generan en el ámbito familiar. No solo se trata de una cuestión académica, que en las edades más tempranas se tiene mucho menos en cuenta, sino también de echar cuentas y saber si es posible que los niños o niñas acudan algún centro en edad preescolar, cuando la educación aún no es gratuita.

Una orden de la Conselleria de Educación publicada el pasado viernes cambia este panorama. Para el próximo curso, todas las «escoletas» infantiles municipales de la Comunitat Valenciana serán gratuitas en la etapa de dos a tres años. La medida, anunciada hace unos meses por parte del conseller Vicent Marzà, beneficia especialmente a la comarca de la Safor y en mayor medida a la ciudad de Gandia, que cuenta con una de las redes de «escoletes» públicas más importantes de toda la Comunitat Valenciana, con siete centros repartidos por los diferentes distritos.

En el conjunto de la Safor, alrededor de 700 familias tendrán la posibilidad de que sus pequeños acudan a los centros de educación infantil sin pagar ningún tipo de cuota, como ocurre actualmente cuando se paga por el coste del servicio. La medida se implantará tanto en los centros gestionados directamente por los ayuntamientos como aquellos que, pese a ser municipales, están externalizados a empresas privadas.

En el caso de la capital de la Safor, para el próximo curso hay prevista una oferta de 250 plazas repartidas entre los siete centros. La gran mayoría son las que se reservan a los niños y niñas que cambian de ciclo, es decir, que en el curso actual están en el tramo de 0-2 años más otras que se pueden completar con nuevas matriculas de alumnas que hasta ahora no acudían a las «escoletes» municipal.

En el caso de Oliva, el servicio gratuito está dirigido a un total de 114 niños y niñas, que son las plazas que el ayuntamiento ofrece para el próximo curso para el tramo de dos a tres años en el Centre d´Educació Infantil El Caragol y el Centre d´Educació Infantil La Taronja. En Tavernes de la Valldigna, la medida del Consell llegará a 58 pequeños y pequeñas que acudirán al centro Víctor Calatayud.

Otras localidades de la Safor que disponen de «escoleta» municipal son Xeraco, Simat de la Valldigna (35 plazas), Benifairó de la Valldigna (una quincena), Almoines (20), La font d´en Carròs (49), Rafelcofer (11), Daimús (40), Bellreguard (34), Miramar, o Ròtova (de 5 a 7), entre otros.

«Mediante las aulas gratuitas de dos años en las 'escoletes´ municipales, gracias a las ayudas que concederemos directamente desde la Generalitat y que cubriremos en su totalidad, contamos con 9.700 plazas para niños y niñas de dos años, que completan y aumentan sustancialmente la oferta global hasta las 14.432 plazas gratuitas de dos años para el próximo curso», ha explicado el conseller Marzà.

Estas 700 plazas gratuitas se suman a las aulas de primer ciclo de infantil que el próximo curso se ofrecerán en los colegios de Barx y Miramar, los dos únicos de la comarca que dispondrán de este servicio.

El litigio en Gandia

Este anuncio llega en pleno litigio de la ciudad de Gandia por la concesión de la gestión de la red de «escoletes» a una empresa privada. El ayuntamiento tiene varios frentes abiertos. Por una parte, tiene un recurso contencioso administrativo por parte de la anterior concesionaria, Geim. Hace unos meses anunciaba la retirada de la gestión a la empresaria que había resultada ganadora del concuncurso, Marta Moscardó, quien también hacía pública su intención de tomar acciones legales. Esto suponía que se abría la posibilidad a que la segunda de las mercantiles que optaban al concurso accediera a la gestión del servicio. Pero esta renunció y el ayuntamiento está a la espera de que la tercera responda.

La concejala de Educación, Lorena Milvaques, y el de Contratación, José Manuel Prieto, se felicitaron esta semana porque «la promesa del Govern del Botànic y del conseller Vicent Marzà es ya una realidad que mejorará la calidad de vida de madres, padres y del alumnado de la ciudad». La medida, indicaron, «es muy positiva también para la deseada conciliación de la vida laboral y familiar».