«Es una vergüenza». Ese es el sentimiento del alcalde de Benifairó de la Valldigna, Josep Antoni Alberola, de Compromís, al constatar el pésimo estado en el que se encuentran los barrancos de los términos municipales de la Valldigna debido a la falta de limpieza por parte de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ).

Un incendio en el barranco del Malet de esta localidad, ocurrido la tarde del pasado lunes, ha dejado en evidencia la dejadez que sufre este y otros cauces de la zona desde hace muchos años. Por suerte, el fuego no fue a más y se pudo controlar y extinguir de forma rápida por parte de los bomberos, pero supone un aviso muy importante a la CHJ de lo que podría ocurrir si no se lleva a cabo una limpieza exhaustiva. Hace tres meses que apenas llueve y se afronta un verano que podría ser fatal en una zona que es un auténtico polvorín.

La Confederación Hidrográfica del Júcar, organismo dependiente del Ministerio de Medio Ambiente, es, supuestamente, la encargada de mantener limpios las cuencas de los ríos y los barrancos. Al menos en la zona de la Valldigna parece que los responsables del mismo se han olvidado de cuál es su obligación. «Ellos quieren que los ayuntamientos hagan el trabajo que les corresponde a ellos. Unos trabajos para los que tenemos que pedirle permiso a ellos y encima les tenemos que pagar y asumir el coste», señalaba ayer, indignado, el primer edil de Benifairó. «Un pueblo como Benifairó no tiene recursos para poder asumir los costes de la limpieza del barranco». Alberola recordaba que hace unos años, la CHJ se comprometió a invertir 100.000 euros en la limpieza del cauce del Vaca entre Simat y Tavernes de la Valldigna pero «apenas han hecho nada».

Para el alcalde de Compromís, «el fuego es un desastre medioambiental, pero lo realmente peligroso son las fuertes lluvias». Las cañas acumuladas en el cauce del río y los barrancos pueden acumularse en los puentes, provocar un tapón y ocasionar inundaciones, como las que ha sufrido Tavernes en ocasiones», señalaba Josep Antoni Alberola.

Los alcaldes de la Valldigna negocian una actuación de limpieza en todos los barrancos y la plantación de flora autóctona para evitar la proliferación de la especie invasora de las cañas, pero, como reconocía el propio Alberola «es una cuestión que aún está muy verde». Mientras, los ayuntamientos seguirán haciendo lo que esté en su manos. «Si no cortáramos cañas en algunos puntos, las motos no podrían ni pasar», concluía el alcalde benifaironero.