A quien esté pensando en buscar un piso para alquilar en la ciudad de Gandia, un consejo: Debe armarse de paciencia. Lo que hace unos años se solucionaba con un par de visitas a inmobiliarias, desde 2016 se ha convertido en una misión algo más complicada.

El motivo es muy sencillo. «La gente quiere comprar, pero no puede, así que no les queda más remedio que alquilar». Lo explica Marisol Villar, gerente de la inmobiliaria Rives Villar, del paseo de les Germanies de Gandia, y secretaria de MLS, la asociación que aglutina a gran parte del sector en la ciudad. Los bancos reclaman una serie de garantías actualmente que la mayoría de personas, sobre todo jóvenes que buscan emanciparse, no cumplen debido a que la situación laboral no le da a muchos para lograr la estabilidad vital, fundamentalmente la garantía de ingresos mensuales.

Así es como se ha llegado a la situación actual en la que no existe una bolsa de alquiler, como sí la había hace un tiempo. «Cuando un piso se queda vacío y entra en las inmobiliarias, como mucho tarda siete días en ser alquilado», explica la experta. A veces, incluso, apenas están disponibles unas pocas horas.

Aunque el área más demandada por los clientes es el centro de la ciudad, esta situación ha llegado ya también a los distritos periféricos. Es más, hace apenas unos años, la falta de pisos para alquilar se daba sobre todo en el Centre Històric, mientras que en las zonas del extrarradio sí que había bolsa de pisos, que, además, solían ser ocupados por personas con menor poder adquisitivo. Actualmente en estos barrios también resulta de lo más complicado hacerse con un piso en alquiler.

Y, como es lógico, cuando hay mucha demanda y escasa oferta, los precios del alquiler se han disparado. Solo en un año, del 2017 a la primera mitad de este 2018, los pisos de alquiler en Gandia han aumentado su precio de los 350 a los 400 euros de media, dependiendo de la zona.

Esta situación ha llegado incluso al alquiler de lujo, consideradas así las iviendas por las que se pagan alrededor de 700 euros al mes de media. «La bolsa de este tipo de casas también está casi vacía», explicaba Villar.

Los precios, apunta la experta inmobiliaria, «van al alza», pero no solo en el plano del alquiler, sino también en el mercado de la compraventa, porque «a diferencia de lo que ocurría hace unos años, los que pueden comprar sí que se atreven ahora a hacerlo».

El presidente de MLS, Javier Roche, de Urbàtic, explica, a su vez, que la enorme demanda y escasa oferta obliga a las inmobiliarias a «elegir» a los inquilinos. No se trata, matiza, de que ofrezcan fiabilidad en el pago solamente, sino también que no causen problemas al vecindario.

Alquilar, más caro que comprar

Aunque no hay un perfil definido sobre el tipo de personas que actualmente buscan alquilar un piso, la mayoría de los interesados son personas jóvenes, de a partir de 25 años, que buscan emanciparse y cuya precariedad laboral les impide garantizarse los pagos para la adquisición de una vivienda. «Hay gente que llega desesperada porque lleva mucho tiempo buscando pisos a precios asequibles para alquilar y no encuentra».

En la gran mayoría de los casos, explica Marisol Villar, los pisos que se alquilan en Gandia se encuentran en muy buen estado. «Es verdad que la gente prefiere que sean de particulares, porque tienen la seguridad de que estarán bien cuidados», indicaba.

Se da la paradoja de que, actualmente, el precio del alquiler mensual está casi al mismo nivel de lo que, en muchas ocasiones, se paga por las cuotas hipotecarias de un piso en una zona residencial media. El problema, sin embargo, se encuentra en que las entidades bancarias reclaman estabilidad a quienes buscan acceso a un préstamo hipotecario.

La escasez de pisos para alquilar no es una cuestión exclusiva de la ciudad de Gandia. En la Safor, Tavernes de la Valldigna también está sufriendo el mismo problema. Son muchas las parejas jóvenes que pasan semanas e incluso meses para poder encontrar una vivienda en buen estado para poder alquilarla.