El Consell Valencià de Cultura (CVC) considera que la supervisión pública de la investigación genética debería recaer en códigos deontológicos hechos por científicos y no en "comités morales imperativos", ya que "no siempre" son capaces de evitar las posiciones de credo alejadas de las necesidades humanas.

Esta es una de las conclusiones de un informe sobre "Genética y creación de vida" que se dio a conocer ayer donde se afirma que "los riesgos innegables" de esta línea científica "exigen la actuación supervisora de los organismos públicos".

Los ponentes del informe Ramón Lapiedra y Vicente Muñoz Puelles observan en el documento que la supervisión "debería descansar más en los códigos deontológicos y de buenas prácticas", por parte de loscientíficos, que en supuestos comités morales imperativos,"no siempre capaces, por su composición, de rehuir las tomas de posición apriorísticas o de credo al margen de las necesidades humanas de bienestar compartido".

El escrito recoge que la investigación científica implica siempre valores positivos y de progreso, desde el punto de vista puramente técnico y que investigar "tiene sus límites" y está sometido a justicia, pero el "límite" debe ser la capacidad de hacerlo compatible los derechos fundamentales.