El jefe de la Unidad de Raquis del Servicio de Traumatología y Ortopedia del hospital Clínico de Valencia, José Ignacio Maruenda, ha revolucionado el abordaje quirúrgico de uno de los problemas más severos de espalda: la escoliosis y la chepa, al diseñar un nuevo sistema quirúrgico de corrección directa y global en 3D que se ha implantado con éxito, junto al dr. Felipe Garibo adjunto de su unidad, en tres pacientes adolescentes: una niña de 15 años de Valencia; otra de Madrid cuya intervención se realizó en colaboración con el dr. José Burgos, jefe de la Unidad de Raquis del hospital Ramón y Cajal, y otra en Alicante, con el dr. Pedro Doménech, responsable de la Unidad de Raquis Infantil del hospital General.

Esta técnica, que es pionera en el mundo, se presentará los días 24 y 25 de junio en Valencia, en un curso internacional teórico y práctico sobre cadáveres que lleva por título «Nuevas tendencias en cirugía de la Escoliosis», en el que se enseñará a manejar esta aplicación, cuya filosofía es: hundir la espalda, levantarla y rotarla para corregir la giba y hacerlo mecánicamente.

El curso se organiza en colaboración con la Cátedra de Anatomía de la Facultad de Medicina y asistirán los cirujanos más prestigiosos del mundo. La conferencia magistral estará a cargos del dr. Bas.

El nuevo corrector de patente valenciana ha sido fabricado por la empresa francesa Spineway.

El abordaje quirúrgico comienza con la inserción de tornillos pediculares (de 45 a 35 mm. de largo y de 4,5 mm. de diámetro) en cada una de las vértebras y ambos lados, que es lo que ya se hacía antes.

La novedad es que ya no se fijan de forma manual, lo que requería mucha habilidad y experiencia por parte del cirujano y restringía mucho la aplicación de la técnica, sino que se utilizan dos barras —una para alinear la espalda y otra para corregir la deformidad—que al desplazarse dentro de los prolongadores bivalvos de los tornillos con unos espaciadores superiores producen la alineación de las vértebras en el plano de rotación.

Este sistema permite bajar una tercera barra, que se moldea según la corrección angular del paciente, hasta las tulipas de los tornillos para fijar su cierre.

La paciente sale del hospital a las 24 horas con un corsé blando, 28 tornillos y una barra de titanio. A los tres meses ya hace vida normal.

«En realidad, corregir una escoliosis es corregir el tórax»

«En realidad al corregir la escoliosis lo que se hace es una corrección del tórax, que está rotado hacia atrás y doblado hacia un lado», explicó el doctor Maruenda que detalló que aunque la nueva técnica mecaniza y facilita el enroscamiento de los tornillos para colocar las tres barras, no elimina la dificultad de poner estas piezas en los pedículos de las vértebras, que es inherente a la cirugía de la columna. Los cirujanos siempre utilizan tres controles para confirmar que un tornillo está bien colocado. El primero es el de manos libres, que es cerciorarse del lugar; el segundo es neurofisiológico y eléctrico para evitar cualquier tipo de lesión en la médula y en la raíz de la médula. El tercero es de tipo radiológico.

La escoliosis de ángulo superior a 40º que es la que ocasiona las grandes chepas tiene una prevalencia de un 0,1%, mientras que en las de más de 10º la incidencia es de un 2 % a un 3 %. P. g. b. valencia