Aseguraba el neurocientífico Eric Kandel que "el cerebro es el secreto mejor guardado de la naturaleza" y quizás por ello estudiosos como Francisco J. Rubia no cesen en su empeño de descubrir qué esconde. El autor de "El cerebro nos engaña" o "El sexo del cerebro" ocupa el sillón número 2 de la Real Academia Nacional de Medicina. Ha trabajado más de cuarenta años en la fisiología del sistema nervioso y habla bajito, como para estimular la atención o el oído.

¿Es posible influir sobre la toma de decisiones?

La toma de decisiones es un proceso inconsciente y muy antiguo en la evolución humana. Todos los animales eligen. Y por tanto, yo creo que la naturaleza no se lo ha confiado a la consciencia, sino que ha hecho un proceso que está al servicio de la supervivencia. Y no se fía de la consciencia, porque no es libre y porque es insegura. Realmente, el primer proceso que ocurre en el cerebro cuando tomas una decisión es automático e inconsciente y luego ya entra la consciencia. Al levantar un dedo, el cerebro se pone a funcionar mucho antes de que el sujeto tenga la sensación de voluntad.

Algo que sostiene en su trabajo "El fantasma de la libertad"

De manera inconsciente, antes de que el sujeto tenga la impresión subjetiva de que está tomando una decisión, el cerebro ya la ha tomado. Experimentos relativamente recientes han mostrado que muy probablemente la libertad o el libre albedrío es una ficción cerebral. El cerebro nos engaña.

¿Influyen criterios biológicos?

Claro. Y sobre todo, la supervivencia, la evolución natural está al servicio de la toma de decisiones y no en busca de la verdad en letras mayúsculas y todas esas palabras grandiosas. Se ha calculado que como mucho solo el 2% de los procesos cerebrales son conscientes. Es decir, que la naturaleza no se fía de la consciencia prácticamente. Y eso se ve en la propia experiencia: cuando ocurre una emergencia. Si cruzamos la carretera y vemos un camión a toda velocidad no nos paramos a calcular ni a pensar pros y contras. Salimos corriendo de manera inmediata.

¿Hasta qué punto, por ejemplo a la hora de elegir pareja, el cerebro actúa de forma inconsciente? ¿No tiene ahí libertad?

Yo no lo creo. Aún no sé por qué me casé con mi mujer y hace cuarenta años. Pero tampoco sé por qué estudié Medicina, puesto que iba a ser ingeniero y tres días antes de matricularme le dije a mi padre que no quería. La conciencia se atribuye funciones que no le corresponden. Y cuando yo inconscientemente decido algo no soy libre; soy libre cuando decido conscientemente lo que quiero hacer. Por eso creo que nos estamos engañando continuamente.

Pero todo nuestro sistema legal se basa sobre esta idea de libertad.

Claro. Y esta es la razón por la que en otros países hay iniciativas para cambiar el código penal.

¿Qué es la creatividad?

La creatividad tiene algo en común. Eso que llamamos 'corazonadas', intuiciones... son impulsos inconscientes que llegan de manera no controlada al cerebro. Ahora se estudia mucho cómo educar la intuición, pero yo estoy convencido de que hay posibilidades de favorecer el proceso creativo. Pero las intuiciones no llegan de forma gratuita. La suerte solo favorece a quien la trabaja. Hay que estudiar mucho sobre el tema y luego olvidarse un poco y dejar que surja el flash, idea o corazonada.

¿Por qué muchas ideas vienen de noche, o cuando uno está a punto de dormir?

Es que hay que anular la consciencia, porque normalmente son procesos reprimidos. Por eso ha habido tantos descubrimientos durante el sueño o en momentos que se denominan "sueños diurnos", abstraídos y, de repente, surge. Pero una solución no surge si no se ha trabajado conscientemente sobre el problema. Thomas Edison, el descubridor de la electricidad, decía que en el proceso creativo hay un 99% de perspiración (de sudor y trabajo) y un 1% de inspiración.

Sin embargo, la creatividad se relaciona más con el arte.

No. Pongo como ejemplo a Friedrich Kekulé el que descubrió el anillo de benceno. Lo descubrió adormilado delante del fuego y se imaginó cómo una serpiente se mordía la cola y ahí se le ocurrió la figura, que es como un hexágono. Llevaba muchos años trabajando, hasta que favoreció que el inconsciente trabajase.

Se imponen los gobiernos de tecnócratas ante las crisis, ¿y la figura del científico? ¿le gustaría ver a algún cargo de Ciencias en un nuevo gobierno como el que está diseñando Mariano Rajoy?

Naturalmente, como científico sería partidario de que, al menos, el Ministerio de Educación y Ciencia o Innovación sea llevado por científicos. Pero no estamos muy bien valorados por los políticos. A no ser que ocurra como en Grecia e Italia, que los obliguen... la política es una profesión y no van a permitir que entren extraños.

El matemático ruso Perelman dijo en la única entrevista que concedió que no le preocupa la crisis, porque tiene solución.

Todo se puede solucionar. Pero hay que poner coto a los desmanes de robo y derroche y aquí en España existen ambos problemas.