No por repetida la imagen del Cristo del Salvador, la talla de la Hermandad del Santísimo Cristo del Salvador, recorriendo la playa en dirección a la costa es menos curiosa. Ayer, con un sol de justicia, decenas de cofrades acompañaron al Cristo hasta la orilla bajo la atenta mirada de los turistas y primeros bañistas del año, que se dejaron caer por la playa del Cabanyal al calor de una temperatura casi primaveral.

Pero ajena a las miradas curiosas, la hermandad se toma el acto muy en serio. No en vano es uno de los más importantes de la Semana Santa Marinera y, en particular, del Viernes Santo. La actividad comenzó ayer muy pronto en el Marítim, que vive el Viernes Santo como el día grande de la Semana Santa Marinera, previo al recogimiento posterior a la muerte de Jesús el viernes por la tarde. Las hermandades del Santísimo Cristo del Salvador y del Santísimo Cristo del Salvador y del Amparo salieron a las calles a las 7.45, cuando sus imágenes procesionaron por el barrio. Ambas se encontraron a la altura del número 209 de la calle de la Reina ante cientos de fieles. Tras el encuentro, la Hermandad del Santísimo Cristo del Salvador acompañó su talla hasta la playa, donde se llevó a cabo la tradicional oración por los difuntos en el mar y se lanzaron a las olas una corona de laurel y varias flores mientras se entonaba una sentida saeta ante la imagen del Cristo. El acto congrega cada año a decenas de fieles que no quieren perderse el recorrido de la talla hasta el mar.