La Semana Santa en la ciudad de València está asociada, sí o sí, a los Poblados Marítimos. La ciudad de las fiestas no ha conseguido hacer de la pasión y muerte de Jesucristo un festejo global. Por contra, su asociacionismo ha quedado reducido a una parte de la fachada marítima bien determinada, porque ni siquiera es un festejo en su totalidad: Nazaret y Malva-rosa también son ajenos al festejo. En el resto de la ciudad apenas hay signos externos que recuerden la Semana Santa (venta ambulante de palmas aparte), algo que no pasará dentro de una semana, cuando el testigo lo recoja la festividad de San Vicente Ferrer. No hay balcones embellecidos ni largos desfiles procesionales. Son pocos los actos más allá de los servicios religiosos. Son las parroquias las que organizan procesiones y servicios religiosos.

Entre ellos, la Catedral de València. Mientras las dolorosas procesionaban en las calles de Cabanyal y Canyamelar, el arzobispo Antonio Cañizares presidía el Vía Crucis Diocesano por las calles del centro histórico. Fue organizado por el Foro de Laicos y la Delegación de Apostolado Seglar del Arzobispado y, a falta de asociaciones en la ciudad, con la colaboración de hermandades y cofradías de poblaciones.

Hoy, a mediodía, también celebrarán la misma liturgia que en los Poblats: bendición de palmas y ramos, procesión y misa. En este caso, a cargo del Arzobispo con canto gregoriano. Por la tarde se venerará la Vera Cruz.

A las doce y media también habrá bendición y procesión por los alrededores de la iglesia más antigua de la ciudad, la de San Juan del Hospital, que continuarán con procesiones en Jueves y Viernes Santo.

En Beniferri con borriquillo

En la jornada de hoy hay otro festejo curioso: la representación de la entrada de Jesús en Jerusalén. Las parroquias de Santiago Apóstol de Beniferri y de San José María Escrivà de Nou Benicalap, que distan un kilómetro escenificarán el pasaje bíblico con una procesión a pie desde las 11.15 horas, incluyendo feligreses vestidos con trajes de época y un vecino que interpretará a Jesús subido a un borriquillo. Al término de la procesión habrá misa.