Efe, Roma

Giuseppe Englaro invitó ayer al primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, y al presidente de la República, Giorgio Napolitanio, a que vayan a ver a su hija Eluana, en estado vegetativo desde hace 17 años, para que se den cuenta en la situación en la que se encuentra.

"Soy el tutor de Eluana Englaro, pero en este momento hablo de padre a padre. Me dirijo al presidente de la República, Giorgio Napolitano, y al presidente del Gobierno, Silvio Berlusconi, para que vengan a Udine y se den cuenta, personalmente y privadamente, de las verdaderas condiciones en las que está mi hija Eluana", se leía en una nota difundida por el abogado de la familia Englaro, Vittorio Angiolini.

Eluana Englaro, de 38 años, se encuentra ingresada desde el pasado 2 de febrero en la clínica Quiete de Udine, donde un equipo médico le ha retirado la alimentación e hidratación asistida para ayudarla a morir.

Críticas recíprocas

La carta de Englaro llega después de Berlusconi asegurase ayer que si uno de sus hijos se encontrase en la misma situación de Englaro "no le desconectaría".

El viernes, el primer ministro también había indicado que Eluana es una persona "que podría incluso hipotéticamente tener un hijo".

El Gobierno de Berlusconi ha aprobado un proyecto de ley para detener la muerte de Eluana Englaro, que se presentará en el Parlamento y se intentará aprobar en el tiempo récord de dos o tres días.

La opción del proyecto de ley llegó después de que el presidente de la República rechazase firmar un decreto urgente con el que el Gobierno de Silvio Berlusconi pretendía detener inmediatamente la muerte de la mujer.

En declaraciones recogidas ayer por los medios, el padre de Eluana había calificado de "tortura inhumana" la situación legal que se ha creado en torno al caso.

El equipo médico que se ha presentado voluntario para ayudar a morir a Eluana, como ha pedido su familia, decidió ayer suspender totalmente la alimentación e hidratación artificial que recibe la mujer a través de una sonda.

El protocolo médico consistirá ahora en administrar a la mujer sólo sedativos y antiepilépticos, mientras se espera su muerte por deshidratación.