Entrevista de Susana Golf

Foto de José Aleixandre

¿Tan malo es el País de Nunca Jamás?

No, lo que no se puede es quedarse indefinidamente, no es una alternativa. A partir de cierta edad la disyuntiva no es madurez o inmadurez, sino madurez o neurosis. Aunque tal como está el mundo no me extraña que haya gente que quiera quedarse.

Se lo decía porque Disney rodó una especie de segunda parte en la que Peter Pan, ya adulto, regresaba para recuperar al niño interior que había perdido.

Hay cosas del niño que nunca hay que perder. La capacidad de sorpresa, de innovar, de jugar. Pero otras son malas para el adulto como la poca resistencia al dolor y la poca autodisciplina. El niño busca el placer, el adulto el placer y la realidad. Pero es bueno guardar el gorro en la cartera.

¿Cómo es que no hay 'peterpanes' femeninas?

Sí hay, pero como es un personaje masculino me he centrado en ellos. Aunque hay variables diferenciales. Y lo que es propio del hombre es cómo le ha afectado y le ha descolocado la liberación, la evolución de la mujer.

También puede ser que las mujeres hayamos pasado de Wendy -la madre protectora- a liberarnos sin pasar por otro estadio intermedio.

Sí, era tan injusto el papel de Wendy. El cambio comenzó cuando se separó la procreación del placer sexual.

Usted habla de la generación Peter Pan, pero ¿es la misma de los Ni ni, Internet, la crisis económica, etc?

No todas las personas inmaduras son un Peter Pan. Son un subgrupo y tienen su raíz en la infancia.

Al final vamos a Freud.

Freud decía que el niño es el padre del hombre. Estoy de acuerdo. Pero, desde la psicología humanista, defiendo que también puede ser padre de sí mismo.

Pero es que la sociedad que vivimos rinde culto a la juventud.

Estamos en la cultura de Peter Pan. La juventud se ha convertido en un valor, y la falta de esfuerzo. Los modelos sociales, Belén Esteban, Gran Hermano, son frívolos. Es una sociedad decadente, consumista.

Usted clasifica a los Peter Pan en tipos y los relaciona con su sexualidad.

Sí, los niños de adulto se convierten en tipos cuya traducción está en el sexo. El seductor, el narcisista, el servicial y el intelectual.

Pero la conclusión es que Peter puede crecer.

Está verificado. Todo el que quiere y pone los medios. Este libro es una guía fácil. Necesitamos volver a una sociedad con mejor comunicación entre los seres humanos y con la naturaleza. Para esta generación Peter Pan, Internet es su País de Nunca Jamás.

¿Hay peterpanes en la clase política?.

Los políticos son más bien Pinocho. Lo malo es que no les crece la nariz.