La C. Valenciana intentó —a propuesta del secretario de la Fundación de los Premios Jaime I, Santiago Grisolía— «fichar» a Venter. A finales de 2009, Grisolía propuso al presidente de la Generalitat, Francisco Camps, ofrecer al prestigioso investigador la creación, en Valencia, de una planta piloto para el estudio de bacterias y proteínas del Mediterráneo. Hacía apenas un par de meses que el «Sorcerer II», el yate científico del consorcio dirigido por Venter había amarrado en el Puerto de Valencia para recolectar material genético en aguas del Golfo. La información recogida en colaboración con personal español del CSIC, una vez «empaquetada» debidamente, se envía a los laboratorios del instituto estadounidense donde son secuenciados y archivados. La relación de Grisolia con Venter —Medalla de Plata del Consell Valencià de Cultura— fue decisiva para la elección de Valencia. A pesar de todo, del fichaje del «investigador más famoso del mundo» en palabras de Santiago Grisolía, «fichaje» no se sabido nada más.