Una mujer estadounidense que con 42 años pesa 272 kilos se ha propuesto superarse a sí misma y llegar a la media tonelada para convertirse en la mujer viva más gorda del mundo.

Donna Simpson, madre de dos niños que vive en el estado de Nueva Jersey, se gana la vida mostrándose en una web para adultos en la que hace gala de sus nutridas carnes y con la que asegura ingresar entre 3.000 y 4.500 dólares (2.500-3.700 euros) al mes.

"Me siento muy cómoda con quien soy. Me gusta llevar bikinis y estar en público", afirma "la mamá de la media tonelada", como la ha bautizado la prensa estadounidense, en declaraciones a ONE News, que incide en que "no tiene ningún pudor en bailar medio desnuda ante extraños".

La mujer, que trata de superar la media tonelada de peso y ganar el título de la mujer más gorda del mundo, afirma que sus admiradores "adoran que la barriga caiga más abajo de las rodillas" y "les vuelve locos mi celulitis". Previo pago, en la web donde trabaja se puede ver a esta mujer -que también está tratando de que se la reconozca por Guinness como la mujer más gorda del mundo que ha dado a luz- en vídeos comiendo, paseando o exhibiéndose en ropa interior. Simpson, que tiene diabetes, rechaza las críticas de quienes la acusan de poner su vida en peligro.