domingo princesa feliz, princesa triste

Cuentan que Magdalena de Suecia fue la princesa más simpática de la convención Disney que fue Estocolmo el fin de semana. Pero la procesión iba por dentro. Las hermanas Victoria y Magdalena decidieron casarse a la vez. Como Victoria es la mayor, y la heredera, y en las monarquías de toda la vida, como la de Suecia, cosas así te sitúan por encima de los demás aunque los demás sean tu hermana, Magdalena tenía que esperar turno. La primogénita llevaba ocho años luchando contra la real oposición paterna a su enlace plebeyo (¿les suena?) pero también Magda vivía con su novio desde hace años. Los escandinavos, aun de la realeza, tienen estos ramalazos modernos. Yo no culpo a la primogenitura, desde luego, sino al pieza de Jonas, el novio. Pero el caso es que el destino de las princesas, como en un cuento, tomó rumbos diferentes. A Victoria no había más que verla, felicísima (esas cosas se notan en el cutis y en los besos que le daba Daniel, besos de verdad, no la ñoñería que hicieron Felipe y Letizia en el balcón). Mientras Victoria preparaba su ajuar, Magdalena hacía las maletas y volaba a Estados Unidos. Los rumores apuntaban a una infidelidad del novio. Infidelidad a la que ahora se le ha puesto rostro... y barriga. La prensa amarilla sueca asegura que Jonas espera un hijo de una compañera de bufete. Estas cosas le pueden pasar hasta a la princesa más bella de Europa.

lunes el primer chico interviú

Sonarán las vuvuzelas justo dentro de una semana, y no juega la Roja. Pero llegará a los quioscos, y a nuestras manos, of course, un Interviú histórico. Ya era hora. Habrá chico y no chica de portada. ¡Y qué chico! Jesús Vázquez, que a mi me parece guapo hasta decir basta y simpático y desenvuelto. No ha presentado informativos con la credibilidad de Letizia, hoy princesa. Tampoco ha presentado nunca ningún programa cultural, es verdad, porque no podemos considerar OT como tal, ha tenido que lidiar con toros como José Manuel Parada o Risto Mejide y su efímera etapa de cantante mejor enterrarla, pero es fresco y sincero y natural. Y solidario. El dinero que va a ganar —que es mucho— será para la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) y con él construirán una escuela en Kenia. La portada, como decía, será especial por muchas cosas: por eso, porque coincide con el Día del Orgullo Gay y porque es el primer desnudo masculino en los 34 años de historia de la revista. Pues habrá que verla, ¿no?

martes torero a la fuga

Pisa el plató de Informe DEC —que es idéntico al DEC de los viernes pero los lunes— Cristian Hernández. Dicho así no les sonará, es el torero al que le faltó —según sus propias palabras— una parte de la anatomía masculina que simboliza —habría que psicoanalizar eso— el valor. Cristian aparece, con un par de eso mismo, vestido de luces aunque con mocasines, que no había visto yo nada más aberrante desde las sandalias con calcetines blancos, y sin coleta, porque se la cortó en la misma plaza. Descubro varias cosas: que Cristian es un chico guapo (las corifeas de Cantizano no hacían más que repetir que se parecía a Chayanne) que estudia Arquitectura y que el hilarante numerito del torero a la fuga que protagonizó en su México natal podría ser un montaje para relanzar su carrera. Un consejo, Cristian: déjate de toros y mocasines y dedícate al famoseo.

miércoles

no habrá otra grace de mónaco

No tengo nada en contra de Charlene Wittstock. No la conozco y nunca me ha llamado la atención (¡es tan discreta, tan nude!). Veo lo evidente, lo que se ve: es alta, de hombros anchos y caderas estrechas como toda ex nadadora profesional. Se casará con Alberto II, que tampoco figura entre mis príncipes favoritos, la verdad. Mónaco sí. Mónaco es un principado de opereta y papel cuché, un lugar donde se celebran bailes de la rosa y festivales de circo, donde «reinó» una actriz de Hollywood, una musa de Hitchcock, donde las princesas son díscolas y piedra de escándalo. Vamos, el paraíso de Point de vu, que es como el superhola de la realeza europea. No tengo nada en contra de Charlene, ni de que se case con Alberto, ella sabrá. Pero que comparen a la sudafricana —un detalle: el anuncio de boda llega en pleno Mundial— con Grace Kelly, eso sí que no. Grace solo hubo una. Y si dejó alguna heredera, esa fue Carolina y, ahora que no es la que era y que ha tenido tan mala suerte con los maridos, Carlota. Estefanía es una rebelde y Andrea un viva la vida. Rainiero y Grace marcaron una época. Hasta la princesa Antoinette, tan entrañable. Charlene y Alberto son otra cosa.

jueves isabel preyler sigue igual

A mis ojos, quiero decir. Para los que sigue siendo la reina de corazones y un prodigio de saber estar (aunque no haga ni diga nada, sobre todo si no hace ni dice nada). Antena 3 emite un programa en el que promete sacar a la luz los secretos inéditos de la musa de la porcelana y los bombones. Bueno. Que llegó de Filipinas a biencasarse, que lo de Julio Iglesias fue un flechazo, que él la dejaba en el hotel con los niños y se iba con otras, que lo de Boyer fue clandestino al principio. Nada nuevo. Yo lo único que esperaba que me desvelaran es su secreto de la eterna juventud (es la única mujer que conozco que parece más joven que sus hijas).

viernes lecquio obregón, «despixelado»

Ana Obregón, Alessandro Lecquio y Álex, el hijo de ambos, han celebrado algo parecido a una puesta de largo, una especie de despixelado del retoño, una celebración privado-pública (con posado a las puertas del restaurante en el que se celebró el almuerzo) del 18 aniversario de Álex. Álex es aquel niño que mordía las alcachofas de los fotógrafos y se defendía de ellos como podía, armado de sprays. Aquel niño por cuya privacidad su madre luchó frente a los paparazzi lo que no está escrito. Pero el muchacho ha crecido y ya es más alto que sus padres y estudiará en Estados Unidos, que viste más aunque su madre le eche de menos, no tanto, porque ella se mudará a Miami. Ana García Obregón ha recuperado en una sola semana dos tradiciones, la puesta de largo y la puesta del biquini, el inicio oficial del verano rosa de toda la vida. Aunque este año, porque al niño ya no hay que pixelarle la cara, haya optado por un triquini y se haya cubierto parcialmente con una chilaba.