Pintores catalanes de la talla de Joan Miró, Salvador Dalí y Mariano Fortuny plasmaron en sus obras maravillosas imágenes de una tauromaquia que ahora algunos se han empeñado en borrar del mapa con tan burdos brochazos como peregrinos argumentos.

Y es que si las apelaciones y los recursos no lo remedian, a partir del 1 de enero de 2012 los aficionados a los toros en Cataluña deberán emular aquellas excursiones a Perpiñán que, a primeros de los setenta, se organizaban para ver películas como El último tango en ParísEmmanuelle. Unos aficionados, los catalanes, quienes ya cruzan con frecuencia los Pirineos para acudir a festejos taurinos que tienen lugar en plazas fronterizas, en la por algunos denominada Cataluña del norte, como las de Ceret, Bourg-Madame y Colliure. En la primera de ellas, las senyeras adornan los tendidos de un coso en el que areneros, mulilleros y personal de servicio lucen además la típica barretina. Antes del comienzo de los festejos se canta Els Segaors y los catalanes y catalanistas aficionados, que son legión, disfrutan del espectáculo sin ningún tipo de complejos.

El recurso

Con todo, el parlamento español, en base al artículo 149 de la Constitución, según el cual: "el Estado es quien tiene competencia exclusiva sobre la defensa del patrimonio cultural, artístico y monumental Español", podría modificar la Ley de 4 de abril de 1991 sobre potestades administrativas en materia de espectáculos taurinos e invocar la Ley Orgánica de Transferencia de Competencias a las Comunidades Autónomas de 1992, que en su artículo 8 señala "queda reservada al Estado la facultad de dictar normas que regulen los espectáculos taurinos". Con ello, la aprobación de una ley estatal que reconociese las corridas de toros como fiesta de interés nacional con protección, restringiría las competencias de las comunidades autónomas a la simple regulación de los mismos. De esta forma, la prohibición del parlamento de Cataluña entraría en un conflicto de competencia que derivaría en el Tribunal Constitucional, con lo que dicha prohibición quedaría en suspenso de forma automática en tanto se resuelve el recurso.

De momento, esta tarde la plaza de Barcelona volverá a abrir sus puertas para ser escenario de una corrida de toros con Curro Díaz, Juan José Padilla y Miguel Tendero en cartel. Y hasta el día de la Merced, todos los domingos habrá festejos taurinos en la capital.

Una ciudad con tres plazas

Una ciudad donde los festejos se remontan al año 1387 cuando la Plaza del Rey fue marco de unas celebraciones taurinas en honor del rey Juan I. Hoy, el único recinto taurino que todavía está abierto en Cataluña es la Monumental de Barcelona. Conocida en su momento como "El Sport", fue inaugurada en 1914 por Vicente Pastor, Manuel Mejías Bienvenida, Vázquez y Torquito. De estilo mudéjar y bizantino, y con un aforo cercano a las 20.000 localidades, está situada en la confluencia de la Gran Vía y la calle Marina, en el Ensanche. Ha sido una plaza con una intensa e importante actividad a lo largo de su larga historia. Manuel Rodríguez Manolete fue un ídolo de la misma en los años cuarenta, al igual que lo ha sido en la actualidad José Tomás. En ella tomaron la alternativa, entre otros muchos, figuras del toreo como Ignacio Sánchez Mejías, el matador valenciano Aurelio Puchol Morenito de Valencia, Victoriano Valencia, actual suegro de Enrique Ponce, César Girón, Paquirri o el desaparecido Julio Robles.

También funcionó en Barcelona, y simultáneamente con la Monumental, la plaza de Las Arenas, ésta situada junto al recinto ferial, en la misma plaza de España. Inaugurada el 29 de junio de 1900 por Luis Mazzantini y con capacidad para 14.893 espectadores, cerró sus puertas en 1977. Y hubo antes otra, la llamada plaza de El Torín, construida en 1834 en el barrio de La Barceloneta. Y en la provincia programaron festejos con frecuencia recintos en Hospitalet de Llobregat, Manresa, Martorell, Masnou, Manlleu, Cornellá, Ripollet, Rubí, Montcada i Reixach, Vich, Tarrasa, Vilafranca, Vendrell, Viladecans, Vilanova y Geltrú e incluso una de mampostería que se encontraba en el complejo Isla Fantasía, en el término municipal de Mataró, donde dio sus primeros pasos en la fiesta Finito de Córdoba.

En el resto de Cataluña también existieron numerosos e importantes cosos, hoy desaparecidos o cerrados a la actividad. Así, el de Tarragona, donde se dejaron de dar festejos en 2006 y ahora destinado a espacio lúdico tras ser cubierto. En él tomó la alternativa del matador de toros valenciano Gregorio de Jesús, hoy ganadero y propietario del célebre toro Ratón. Tortosa también contó con plaza de toros.

En Gerona, donde los festejos taurinos se remontan al año 1715, se inauguró su plaza el 29 de octubre de1897 con Luis Mazzanitini y Nicanor Villa Villita en cartel. En la misma, en el año 1950, se filmaron escenas de la película Pandora y el holandés errante interpretada por Ava Gardner y el torero catalán Mario Cabré. En esta provincia también funcionaron con asiduidad gran número de plazas. Como la de Figueres, inaugurada en 1894 por el legendario Manuel García El Espartero. Más tarde, y aprovechando el boom turístico de la época, la de San Feliu de Guixols abrió sus puertas en 1956, con un aforo de 6.000 localidades y gozó de una intensa actividad. También el turismo llenó las gradas de la plaza de Lloret de Mar, abierta en 1962 y con capacidad para 3.500 espectadores. Y en 1859 había comenzado su andadura la plaza de Olot. Existieron otras desmontables que desaparecieron, ya que una orden de 1983 ordenó el cierre de las mismas, como las de Tossa de Mar o Puigcerdà.

Doce matadores

Cataluña también ha sido cuna de muy destacadas figuras de la tauromaquia. Tras el pionero de los espadas de alternativa catalanes, Pedro Aixelá Peroy, nacido en la localidad tarraconense de Torredembarra y doctorado en 1864, hay que citar al leridano Eugenio Veltondrá, al médico y torero José Rovirosa, al poeta, actor y matador Mario Cabré, a Joaquín Bernadó, nacido en Santa Coloma de Gramanet, a los hermanos Carlos y Francisco Corpas, José María Clavel, Abelardo Vergara, Luis Barceló o Enrique Patón, en la actualidad empresario de las plazas de toros de Valencia, Castellón y Alicante. Y otros matadores como Manolo Martín, también licenciado en magisterio y en la actualidad apoderado de Vicente Barrera, Aguilar Granada, Marcos Valverde, Angel Lería o Manolo Porcel. En el actual escalafón de matadores de toros hay doce de ellos nacidos ó vinculados muy estrechamente con Cataluña: Finito de Córdoba, quien nació en Sabadell, Lima de Estepona, Antonio Barrera, Miguel Angel, Rubén Marín, Alfonso Casado y Andrés Pa Serafín Marín, Raúl Cuadrado, Jiménez Caballero, Enrique Guillén y Mamerto López Díaz.

Asimismo en Cataluña se encuentran censadas hasta cuatro ganaderías de toros bravos. Estas son las de Hijas de Andrés Moreno, sita en el término municipal gerundense de Camprodón; la de José Mur, en la localidad tarraconense de Alfara de Carles; la de Rogelio Martí, en el término de Alfara de Carles, Tarragona y la de Pedro Fumadó, en Deltebre.

Por otra parte, y como muestra de la vitalidad que tiene la fiesta de los toros en esta comunidad autónoma, existe una Federación Taurina de Cataluña en la que están censadas cerca de una treintena de peñas y clubs taurinos a lo largo y ancho de sus cuatro provincias. Entre ellos, el decano de los mismos, como Los de Gallito y Belmonte así como el Círculo Taurino Amigos de la Dinastía Bienvenida. Luego existen peñas y clubs taurinos tanto en Barcelona como en El Prat de Llobregat, Sant Boi, Hospitalet, Manlleu, Lleida, Tarragona, Lloret de Mar y Reus entre otros.

Existe además una Escola Taurina de Catalunya, que comenzó su andadura en el año 1998 y que obtuvo su legalización definitiva por parte de la Generalitat en el año 2006. Su sede está en Hospitalet de Llobregat y forma parte de la Federación Internacional de Escuelas Taurinas. De la misma han surgido ya cinco matadores de toros y cuenta en estos momentos con más de treinta aspirantes a profesionales del toreo.