La enfermedad y sus consecuencias son difíciles de ocultar. Pero Manolo Escobar, leyenda viva de los escenarios españoles tras casi seis décadas en activo y 19 películas entre 1964 y 1981, acude puntual a su cita con los músicos de Canals. El ensayo es en el centro cultural Calixto III. Manolo sólo revolotea sobre las letras, más que nada para que los músicos le tomen la medida. Se le ve radiante e ilusionado. Acaban de interpretar Y viva España y la cosa suena bien.

Ha recibido quimioterapia y ha superado una reciente operación, y aquí está, otra vez encima de los escenariosÉ

A pesar de todo estoy aquí porque lo voy superando; estoy muchísimo mejor. Estoy para poder cantarÉ Y aquí estoy, porque yo no quiero que el cáncer me venza a mí: al contrario, yo he de vencerlo, he de seguir encima de los escenarios mientras pueda.

¿Qué le han dicho los médicos, que se lo tome con calma, que cante poco, que no cante?

No, no, noÉ Ya sabe la gente que yo hace tiempo que me lo tomo con calma, aunque siga cantando. Yo vengo a un sitio, canto, hago mi espectáculo de una hora u hora y pico y después a descansar, a casa. No hay problema con eso. Ya hace tiempo que lo hago.

Pero ésta de Canals no es una actuación cualquieraÉ

Lo sé, lo sé.

Tocar con una banda es tener que acoplarse, saber por dónde van los músicos, ensayarÉ

Esta idea surgió hace dos o tres veranos. Le ofrecemos al pueblo que quiere la posibilidad de contratarnos con la banda. Nosotros les enviamos las partituras y ellos las van ensayando durante un mes o mes y medio, y luego, dos o tres días antes del concierto, el maestro [Felipe Monge, arreglista] viene a dirigirles y ya un día antes o dos vengo yo personalmente a ensayar con todos ellos.

Eso es como tener que examinarse otra vez, a estas alturasÉ

Pues sí, un poco, síÉ Pero es igual, hay que hacerlo y se hace. Las cosas hay que hacerlas en serio o no hacerlas.

¿Cómo ve a los chavales?

¡Buaah! ¡Estupendos! Yo no me esperaba ver una banda de música con tanto elemento femenino, hay muchas más mujeres que hombres. Y suenan muy bien.

¿Debe satisfacerle que músicos tan jóvenes hagan suyas canciones conocidas pero muy antiguas, quizá ajenas a ellos?

No, no, pero es eso: las están haciendo suyas y, además, las están tocando como debe ser.

Hace unos pocos años usted se reinventó con un espectáculo en teatros, sólo, junto a un piano y con un estilo intimista, alejado de sus modos habituales.

Esa experiencia no la llevo en el recuerdo: la llevo plenamente en el presente porque nosotros en invierno seguimos haciendo la gira de teatros, ya que en verano hacemos los grandes aforos, las fiestas, las plazas de los pueblosÉ Lo del teatro es una experiencia fenomenal. Lo he tenido que hacer después de 45 años haciendo siempre el mismo espectáculo: la cantante, el ballet, el cómicoÉ

¿Vamos, lo que se conoce como las variedades?

Las variedades, sí. Y todos los años igual, con diferentes artistas pero igual, la misma estructura de espectáculo. Y me ofrecieron esta cosa nueva; la ensayé, me gustó. A la gente también. Y aquí seguimos, en verano con las bandas y en invierno con los teatros.

Ha llegado a decir que a veces está un poco hasta las narices de sus canciones de siempre, que no se puede librar de ellas.

Yo no puedo haber dicho esoÉ

La verdad es que lo dice. Un poco en broma, pero lo diceÉ

Yo no puedo estar en contra de lo que auténticamente quiero; después de mi familia las canciones es lo que más quiero. Es lo que estoy haciendo ahora mismo, cantarlas otra vez, por eso no creo que pueda estar cansado de ellas. Si ha salido publicado algo así es una anécdota, una pequeña tontería si importancia y nada más.

Pero supongo que a veces incluye otras canciones menos conocidas, por cambiar un pocoÉ Bueno, eso síÉ Ya lo hago, ya cantamos algunas nuevas. En éste de ahora con la banda, no. Pero en el oro espectáculo sí. Canto una de Joaquín Sabina, canto también otra canción de SerratÉ Llevo varias canciones que no son mías y que yo las he adaptado a mi manera de cantar.

¿Lo acepta bien el público?

Sí, muy bien, fenomenal.