El caso de La Meca tiene antecedentes. Hace años, en la década de los ochenta, en L'Alcúdia se construyó una discoteca de arquitectura musulmana a la que se bautizó como Islam. El nombre duró poco, apenas unos días. Las amenazas hicieron mella. Los propietarios eliminaron la "m" final y el local se quedó en Isla, justamente el nombre, aunque con el artículo delante, que han elegido los dueños de la antigua Meca.

Sin embargo, los locales de ocio rotulados con nomenclaturas de referencia religiosa son algo muy habitual. Y de todo tipo de confesión. En toda España. Y por regla general, no despiertan la menor controversia y los clientes lo encuentran de lo más natural.

En la ciudad de Valencia pueden encontrarse desde Cathedral y Las Ánimas hasta y Pekado en el barrio del Carmen. Donde se encuentra igualmente Venial, discoteca de ambiente gay. También el Café de la Seu, un bar de tapas llamado La Santa o una coctelería cuyo rótulo reza L'Ermità. Cerca de Mestalla existe el restaurante La sacristía. En el centro urbano, se puede desayunar en el Café Templo.

Ya cerrada y a punto del derribo, la enorme discoteca de San Antonio de Benagéber nació como Arabesco con arquitectura que evoca la de las mezquitas. Tanto en Dénia como en El Saler se encuentran las terrazas de verano de Buddha del Sol. Con local en la ciudad en y los antiguos docks del Puerto, Ishaya (Buda del sol naciente).

Fuera de la capital, también. En las inmediaciones de la Seo de Xàtiva estaba el Ángelus, que luego cambió de nombre, y cerca del seminario menor setabense estaba La Abadía. Nombre que también utilizan al menos dos establecimientos de Valencia ciudad. En L'Olleria hubo un pub Vaticano y en L'Alcudia se baila toda la noche en El Convent. En Almussafes, en cambio, cuentan con La Cábala.