Un estudio publicado en el último número de la revista PLoS ONE por Luis Populin, profesor de Anatomía en la Universidad de Wisconsin-Madison, demuestra que un mono macaco rhesus, que normalmente no pasa la prueba de reconocerse a sí mismo en un espejo, puede hacerlo al igual que ya se ha demostrado con los chimpancés. El estudio también les atribuye la capacidad de realizar acciones que los científicos pueden esperar de animales que son conscientes de sí mismos.

El hallazgo pone en duda tanto la pertinencia de la conocida como prueba de la marca así como la existencia de una brecha cognitiva entre los primates superiores e inferiores.

Populin, que estudia las bases neurales de la percepción y el comportamiento, había colocado implantes de cabeza en dos monos macacos rhesus, mientras se prepara para estudiar el trastorno por déficit de atención. Entonces, Abigail Raja, una técnico en animales del Programa de Formación en Neurociencia de la universidad, mencionó que uno de los monos podía reconocerse en un espejo pequeño. "Le dije que la literatura científica decía que no puede hacer esto", dice Populin "por lo que decidimos hacer un estudio sencillo". Para su satisfacción, resultó que la estudiante de posgrado estaba en lo cierto.

En la prueba estándar de la marca, una marca inofensiva se pone en la cara del animal, que sólo se puede ver en un espejo. Si las miradas de los animales en el espejo le llevan a tocar la marca, se dice que es consciente de sí mismo: se sabe asi que el espejo muestra su propio reflejo, no el de otro animal.

Los macacos rhesus, un pilar de la investigación médica y psicológica, no pasaban habitualmente la prueba. Pero en el laboratorio de Populin, los monos con las marcas se miraban claramente. Es revelador que también se examinaban zonas de su cuerpo, especialmente los genitales, que nunca se habían visto antes.

En algunos casos, los monos, incluso se ponían patas arriba para verse mejor o ajustaban la posición del espejo para mejorar la visión.

Cuando los investigadores cubrieron el espejo de cristal con plástico negro, estos comportamientos desaparecieron, y los monos ignoraban lo que había sido objeto de fascinación.