¿Salían muy a menudo a practicar pesca deportiva?

Con Juan. Si iba él, iba yo. Últimamente estábamos yendo bastante. Disfrutábamos buceando, nos relajaba. Salimos a las cuatro de la tarde. Marchamos como un sábado de buen tiempo cualquiera. Benigno cogió un pinto de tres kilos y medio y Juan otro de dos kilos y medio. También pescamos maragotas y sargos, y sobre las siete y media arrancamos de vuelta a casa.

¿Cómo ocurrió el accidente?

Fue sobre las ocho y aún había bastante luz. Veníamos hacia aquí y lo que yo recuerdo es el golpe. Yo venía sentado en la bancada y de pronto salí por el aire. Al primero que vi en el agua fue a Benigno. Fue él quien me dijo que se había roto la dirección de la planeadora y así como me contestó ya le pasó la embarcación por encima. Después vi a Juan, que ya estaba muerto, y conseguí agarrar a Benigno, pero también estaba destrozado. Los dos sangraban muchísimo, a borbotones. Los amarré a los dos, y yo me trinqué a ellos. De cuando en vez me bajaba y giraba los cuerpos para que las corrientes nos fuesen metiendo hacia el cabo de Corrubedo.

¿Pensó en algún momento en intentar alcanzar la costa a nado?

Ni me lo planteé, al no tener las aletasÉ La planeadora marchó hacia fuera. Sin las aletas y con ellos no podía llegar. Intenté acercarme a tierra con ellos, pero avanzábamos muy poco.

Pero usted no dejó en ningún momento de ver la costa.

Yo veía gente pescando, pero había bastante distancia y a mí no me veían.

¿Tuvo síntomas de hipotermia?

Tenía frío, pero acababa de hacer el curso del segundo nivel de salvamento y supervivencia marítima y sabía cómo actuar.

¿Cuál fue el primer medio de rescate que vio?

El helicóptero. Pasó muy cerca de nosotros y me levanté a hacer señales, pero íbamos de negro y no nos vieron. Quien nos encontró finalmente fue el Playa de Seiras. Pasó por nuestro lado y fue cuando empecé a gritar y gritar.

¿Pudieron influir algo las condiciones meteorológicas y el estado del mar en el accidente o en su desenlace?

Estaba un buen día para bucear. El estado del mar no influyó para nada.

Y los tres tenían sobrada experiencia en el mundo del mar.

Yo ando al mar, al pulpo, y Juan también. Tanto él como Benigno eran profesionales del buceo y unos excelentes deportistas. De no haber sido porque los golpeó la planeadora hubiésemos llegado los tres a tierra.

Le ha hecho un gran favor a la familia de los dos jóvenes. Dentro de la tragedia, han podido enterrarles.

Todo el mundo me agradeció que los trajese para tierra, pero las gracias se las doy yo a ellos porque fueron ellos los que me dejaron vivir.

¿Va a embarcarse de nuevo después de esto?

Yo vivo del mar. El patrón del barco de momento no me va a llevar, pero sí que seguiré trabajando en el mar, no me queda otra.

¿Le tiene miedo al mar?

Le tengo respeto, mucho respeto, y ahora más.

¿Le gustaría que sus hijos sigan en el mundo de la pesca o intentará evitarlo?

Mi padre nunca quiso que me dedicase al mar. Yo evitaría que mis hijos fuesen al mar, aunque tengan que coger un legón.