Vivienne Isabel Swire (Derbyshire, Inglaterra, 1941) era una maestra de escuela que se casó joven, tuvo un hijo y adoptó para siempre el apellido de su primer marido. Vivienne Westwood se convirtió en el mejor icono de sí misma y marcó una época en la historia (contra) cultural del mundo. Ahora que ronda los setenta, sigue diseñando -varias líneas, complementos, desfiles en París y Londres, perfumes (acaba de lanzar uno)- pero vive por y para una causa, el Manifiesto, un compromiso con la salvación del planeta y un mundo mejor. Le impresionó la negra hipótesis de James Lovelock sobre el cambio climático y decidió que había que hacer algo. Su última y desconcertante iniciativa: un llamamiento anti-consumista.

Usted anima a aparcar el consumismo desde la moda, uno de los productos en principio más efímeros y por tanto consumistas que existen... ¿es posible luchar contra el sistema desde dentro del sistema ¿o aun se siente fuera de él?

Mi lema siempre es: Comprar algo bueno y no seguir comprando. Si te lo puedes permitir, hacer que dure. Va a durar, porque siempre te verás muy bien. Con esto no estoy diciendo que mi moda tenga conciencia medioambiental, pero sin embargo, no soy tan cerrada y purista como para decirle a la gente que no haga ciertas cosas. Sólo lo digo como una práctica. Estoy animando a las personas a que persigan el arte y en el proceso dejarán de consumir basura y empezarán a ser selectivos y creo que lo mismo puede pasar con la ropa.

La moda también es tóxica y contribuye al cambio climático: al tratar los tejidos se usan contaminantes, los corchetes y cremalleras llevan aluminio. Usted es abanderada en la lucha contra ello pero muchos se han apuntado ahora a la biomoda, moda verde o ecofashion ¿no corre el riesgo de ser precisamente eso, una moda pasajera

Puede ser una moda, pero espero que la gente será lo suficientemente inteligente como para ver la urgencia de actuar contra el cambio climático ahora.

En la era digital y del descrédito de las instituciones, de las generaciones incrédulas, usted sigue apostando por los manifiestos, el compromiso y el Do it yourself. La idea de cambiar el mundo, de frenar la deforestación global, después de lo ocurrido con el vertido de BP en el Golfo de Méjico por ejemplo ¿no es un sueño romántico?

El cambio climático está aquí y ahora, y estará mañana si no reaccionamos y esperamos a que nuestros gobiernos hagan algo al respecto. Por lo tanto, me temo que no hay nada romántico en este punto. Durante mucho tiempo he dejado de creer en las instituciones. Corresponde a la gente pensar y actuar por sí mismas.

¿Qué puede hacer cada uno para salvar el planeta ¿Y qué se puede hacer desde lo alto de una pasarela?

Son dos preguntas muy diferentes. Para salvar el planeta, cada uno puede hacer cosas a su nivel, pensando en la cantidad de residuos que generamos, en la energía utilizada para llevar a cabo nuestras tareas diarias y si es realmente necesario. Y muchas otras cosas. En cuanto a la moda, yo diría que una de las mejores cosas de la moda es que la credibilidad de mi trayectoria como diseñadora de vanguardia de ropa de alguna manera ha ayudado a darme una voz que intento utilizar y estoy muy agradecida por tener esta oportunidad. Creo que a mucha gente le encantaría tener una oportunidad de expresar sus opiniones, porque se está haciendo cada vez más difícil en estos días poderlo hacer. Así que intento sacar el máximo partido a esta oportunidad de hablar, no sólo por mí sino también por aquellas personas que sé que comparten mi punto de vista. Y eso es lo que estoy tratando de hacer.

Usted -y no sé si ésta es una aparente contradicción porque es crítica con la sociedad y la política británicas- es uno de los símbolos del Reino Unido, casi tanto como la guardia de Buckingham, el tartán, el bus de dos pisos, Ascot o, incluso, la Reina. ¿Su relación con su país es de amor-odio?

Mi moda ha sido durante mucho tiempo despreciada en mi propio país. Fueron los franceses los que me dieron la oportunidad de mostrar mi trabajo al principio de los años 80. Con los años, empecé a ganar más reconocimiento en Inglaterra. La Reina después me ha hecho Dama y ahora también expongo mi colección Red Label en Londres

¿En moda, está todo en el pasado ¿Hay que mirar en él ¿Como en el arte?

El futuro no existe. No puedo predecir lo que va a usar en la próxima década la gente que no suele seguir las tendencias de la moda como tal. Lo importante es mirar lo que se presenta hoy, es inútil que siempre busquemos lo siguiente, sin reconocer el valor de lo que ya tenemos. La gente está tan ocupada en mantenerse al día con los tiempos que se pierde todo por lo bueno por querer saber lo que va a venir. Es cierto que para que nuestra imaginación funcione, debemos tratar de entender lo que los seres humanos han logrado en el pasado y compararla con la actualidad. A continuación podemos ver la relación causa-efecto y deducir así lo que el futuro puede llegar a ser.

En el verano de 2008, cuando el Gobierno de Berlusconi trataba de librarse de la comunidad gitana, usted subió a la pasarela de Milán caravanas de zíngaros. ¿Qué siente cuando ve cómo Francia sigue ahora estos mismos pasos?

Todo lo que tengo que decir es que no podemos llevar nuestra cultura hacia adelante hasta que aceptamos que las personas pueden tener diferentes ideas, diferentes opiniones y diferentes formas de vida.

Su Manifiesto es un "organismo" vivo, ¿en qué estado se encuentra actualmente?

Como dije en la introducción a mi Manifiesto, su objetivo es animar a todos los intelectuales en la lucha contra la propaganda. Es una tribuna abierta para se expresen las personas que tengan una opinión e intercambiar ideas. Si crees que tienes algo que decir que podría ayudar, entonces te gustará poder decirlo en mi Manifiesto.

¿Entiende la pasarela como un escaparate más para demostrar sus posiciones políticas?

Si mis desfiles de moda pueden llegar a la gente y pueden ver en ellos algo más que ropa, entonces habré hecho mi trabajo. La gente a menudo está más preocupada por mis opiniones que en mirar mi ropa y no hay una razón especial para ello. Soy una pequeña empresa privada y sin acceso a los grandes fondos para publicidad y promoción. Lo que pasa es que tengo el respeto de las personas que ven que mi ropa es algo real y no sólo bombo.

¿Cuál es su relación con el poder, con los poderes establecidos?

No existen el establishmentanti-establishment como tales.El único poder en el que creo es el poder de las ideas. Cuando estábamos haciendo punk con Malcolm (McLaren), me cansé después de unos años, simplemente porque el punk fue una reacción contra el poder pero en su lugar no se fue nutriendo de ideas. El punk no atacaba al poder establecido sino que le proporcionaba al establishment ideas y energía para sus campañas de marketing. Lo principal que potenciaba es que vivimos en una sociedad libre y puede haber rebeldes.

El punk, movimiento del que usted es una de las creadoras, pervive estéticamente pero ¿qué queda vigente de su espíritu ¿acaba lo antisistema, lo contracultural siendo asimilado por el sistema?

Hoy la gente quiere ser rebelde pero no creo que haya mucho espacio para ellos hoy en día, porque la única verdadera rebelión es la que tiene que ver con las ideas y no ha habido ideas en el siglo XX. Actualmente todo viene dictado por la fabricación en masa y la publicidad. Mi moda no es para todos, tienes que tener una personalidad muy fuerte para querer usar mi ropa. Siento que si proporcionas alguna posibilidad de poder de elegir a las personas, entonces es que estás haciendo algo bien.

¿Por qué y para qué empezó a diseñar y por qué y para qué lo hace ahora, si es que ha variado la motivación?

Lo hice porque pude y porque de lo que tienes ganas es de ganarte la vida. La razón por la que continúo es porque estaba llena de ideas y quería desarrollar esas ideas.