¿Están detectando algún aumento de problemas vinculados al sueño en los niños?

Por una parte, hay datos que nos indican que un 30% de los niños duerme mal por culpa de malos hábitos, pero se les puede enseñar. En ese sentido, lo positivo es que los padres son cada vez más conscientes de que este problema se puede arreglar y consultan, leen y se informan más. Donde sí notamos alteraciones importantes es ya en niños más mayores, a partir de 10, 11, 12 años, en los que vemos patologías vinculadas a que van muy cortos de sueño, sobre todo porque el ritmo laboral de los padres y también la televisión, que suelen ver por la noche, hacen que vayan más tarde a dormir, lo que impide que duerman las horas necesarias, que en un niño de diez años serían al menos diez.

Menciona la televisión. ¿Qué ocurre con el uso de ordenadores y de videojuegos?

No es solo el consumo de televisión, sino los hábitos que tienen los niños hoy en día. Están muy aislados y se pasan muchas horas en internet, en los ordenadores, en las consolas. Por un lado, los padres toleran esto porque los niños están quietos y no molestan, pero es un pésimo valor educativo. Además de no haber comunicación con los padres, sobre todo en el caso de los preadolescentes, que se encierran en su cuarto y se conectan a internet o se ponen a hablar por el móvil, los jóvenes andan muy faltos de sueño.

¿Es solo que duermen menos o también se registran otras patologías atribuibles al consumo de juegos violentos?

Por una parte duermen cada día una hora o dos horas menos de las que les tocan porque tienen que levantarse temprano a la misma hora para ir a a la escuela y eso repercute claramente en su salud. Pero también es cierto que hay un aumento del número de casos que consultan sobre todo por pesadillas, que son sueños con ansiedad, muchas veces referidas precisamente a estos usos de juegos violentos y también debidas a la excesiva estimulación que tienen estos niños en las últimas horas de la noche.

¿Por qué es importante dormir bien?

Porque dormir es como una fábrica donde reparamos y restauramos todo lo que hemos gastado el día anterior. Como necesitamos tener el cuerpo bien para vivir el nuevo día, el sueño tiene que durar ciertas horas para restaurar lo necesario y en los adultos deben ser ocho horas. Además no hay que olvidar que el cerebro necesita como mínimo dos horas para desconectarse para que aparezca el sueño, por lo que es recomendable no conectar ordenador o móvil, practicar actividades relajantes y no hacer nada que cause estrés, algo relacionado con el trabajo o discutir.

El ritmo de vida que se impone en la actualidad parece robarle horas al sueño...

El ritmo de vida actual es una de las causas que provoca peor sueño. Las consecuencias son cansancio, irritabilidad, falta de concentración y mucha más tendencia a ansiedad y depresión.

¿Temen que el insomnio se convierta en otra epidemia del siglo XXI?

El insomnio es un síntoma y lo que nos alarma es que la causa más habitual, en más del 80% de personas que duermen mal, es la acumulación de estrés y ansiedad durante el día por el ritmo laboral. De hecho, la crisis ha elevado la incidencia del insomnio porque la gente está más preocupada y duerme mucho peor. Lo podemos pagar caro porque esto tiene repercusiones, no tanto a nivel físico como psicológico.