Menuda agenda de trabajo la suya. ¿La crisis aprieta tanto al mundo del espectáculo que se ha visto usted obligado tener el don de la ubicuidad?

La verdad es que este esfuerzo lo hago por mi músico ¿sabes? En estos tiempos los músicos lo están pasando fatal y yo contribuyo a la causa ayudando a Eloy Sánchez Gijón, que me acompaña en el escenario. Y también lo hago porque me divierto.

La música fue su primera ocupación conocida. ¿Si por usted fuese se hubiese dedicado unicamente a ella?

A mí siempre me ha gustado estar en varias actividades. Pero ahora que llevo siete años sin sacar ni un disco, me digo que igual me habría ido bien si me hubiese dedicado sólo a ella, si acaso yo a estas alturas sería un Alejandro Sanz (risas). En el fondo no me ha ido mal y me relajo más así que si lo hubiese apostado todo a la carta de la música.

En esta etapa se nos presenta usted bajo la etiqueta de "cantautor romántico"? ¿Se puede creer hasta dónde ha "caído"?

¿Romántico yo? Esas son cosas que dice la gente. Es cierto que en este repertorio tengo un par de canciones románticas, pero pensándolo bien ¿acaso no son también románticas canciones como "¡Ay qué gustito pa' mis orejas!" o "Mi agüita amarilla"? Aunque sea un poco atroz, lo reconozco.

Vayamos a la "La curva de la felicidad". Esta obra trata de la crisis de los hombres a los 40. ¿Qué síntomas de esa crisis experimentó usted mismo?

El síntoma más destacable de mi crisis fue su precocidad: empecé a padecer la crisis de los 40 cuando tenía 33. Para superarla tuve que recurrir a los bares.

¿Alguna recomendación para aquellos que todavía no la han superado?

Ninguna, porque el peterpanismo es algo que no tiene cura.

Cuentan las crónicas que quienes más se ríen en esta obra son las mujeres...¿No le parece cruel?

Es causa de nuestro humor negro que hace que nos riamos de las desgracias ajenas. Ellas se ríen porque, tras ver la obra, llegan a la conclusión de que "viendo a éstos, tampoco está tan mal lo que tengo en casa".

¿Cuándo descubrió usted que la mujer es el sexo fuerte?

Muy joven, fue el día en que una mujer me dijo por primera vez que "no". Aquello me produjo una fuerte castración que me duró meses. ¡Lo que me gustaría saber es quién diantres dijo alguna vez que el hombre era el sexo fuerte!

¿Qué sentiría usted si le abordasen como aquel Pablo Carbonell reportero abordaba a sus entrevistados?

Ahora que han florecido como setas, trato de huir de ellos como de la peste. Sobre todo de los que me tratan de "maestro".