Y no sólo en Europa. Circulan sin fronteras grandes voces, como Isabel Rey, Silvia Tró, Isabel Monar y bastantes más. El treintañero Ramón Tebar, actual director de la Orquesta de Palm Beach, estará además al frente de la Florida Grand Opera de Miami a partir de junio. Y el celebrado compositor José Evangelista, afincado en Canadá desde hace cuarenta años, ha ganado prestigio mundial por sus sinfonías y óperas, algunas de las cuales, según apuntaba en Levante-EMV José Doménech Part, tienen pendiente su estreno en Valencia.

Casi los mismos años que Evangelista en Canadá ha residido Mariángeles Sánchez Benimeli en Berlín, donde fundó la cátedra de guitarra en la Universidad del Arte y ejerció la docencia, alternándola con su tarea de intérprete, musicóloga y compositora. Con un soberbio historial tras de sí, Sánchez Benimeli regresó a Valencia al jubilarse, consagrándose de lleno a la composición. Precisamente ahora su extenso catálogo acaba de enriquecerse con dos nuevas partituras, publicadas por la Editorial Piles: un impresionante "Pater noster" para coro mixto, orquesta y órgano y un "Divertimento" para órgano y guitarra, con revisión y digitación de otro músico valenciano, el joven y brillante pianista Antonio Galera. La inspiración de Mariángeles S. Benimeli ha dado páginas de gran belleza y originalidad en el uso de las sonoridades. Recuerdo con deleite el concierto que ofreció meses atrás en la iglesia de la Compañía, integrado por obras que combinan dos instrumentos de registros tan distintos como la guitarra y el órgano, con resultados espléndidos. Es de esperar que su reciente producción pueda ser pronto escuchada aquí.

Entre los músicos que siguen en Valencia hay que reseñar la sustanciosa labor de Carlos Civera, profesor del conservatorio y pianista de grandes dotes y apasionada dedicación. Reciente todavía el centenario de Chopin en 2010, a él consagró Civera su recital en el Ámbito Cultural de El Corte Inglés, ante un público apiñado que disfrutó plenamente de una amplia sucesión de mazurcas, valses y estudios del músico polaco, interpretada con la compleja "Sonata n.º 2" en una formidable interpretación. Es un gustazo contemplar a una asistencia heterogénea y abundantísima, fundida sin fisuras en audiciones como ésta.

Gran aficionado y buen conocedor de la música, a la que dedicó agudas reflexionar, era Josep Iborra, fallecido la pasada semana. Muchos acudimos a despedir al profesor, ensayista y pensador que tanto ha significado en nuestra cultura. Mi adiós emocionado a Josep Iborra, con quien compartí horas lejanas de inolvidables tertulias. De "Inflexions", uno de sus libros que nunca abandono, extraigo estas palabras punzantes: "La mort, un colp baix de la vida." Su muerte ha sido un golpe a traición que nos priva de una mente clara, de una inmensa sabiduría impregnada de modestia, ironía y bondad.