Una decisión tan intrascendente como ponerle el nombre a una perrita acabó convirtiéndose en toda una premonición. Cuando Javier Cabanes recibió la noticia de que su bulldog francés, comprado a un criador de Xàtiva, era hermafrodita cayó en la cuenta de que Simba es un nombre que se asigna indistintamente a machos y hembras: "Nos quedamos muy sorprendidos porque habíamos escuchado que esto se produce en los caracoles, y tampoco habíamos notado nada raro en ella", explicó ayer el propietario de Simba.

Esta misma semana, Reproduction in Domestic Animals publicaba un estudio de la Universidad CEU-Cardenal Herrera en el que se informaba del descubrimiento en España del primer caso de Bulldog francés hermafrodita del mundo. Pero Simba fue antes que Tana, de tres meses, una hembra cromosómicamente XX pero con gónadas masculinas que fue esterilizada y se le retiraron los genitales. El animal de la familia Cabanes, vecinos de Valencia, sufre desde su nacimiento una "feminización testicular", síndrome que se corresponde con aquellos animales que tienen testículos y pene con genitales femeninos externos, explica el veterinario Daniel Bolta. El propietario reconoce que "no habíamos notado nada hasta que nos lo dijo el veterinario" y que entonces fue cuando se dieron cuenta de que su comportamiento empezaba a ser extraño con los otros perros: "Simba no se lleva bien ni con machos ni con hembras. No permite que ningún perro se le acerque a olerla. Su instinto sexual es doble y esto le impide tener relaciones. El veterinario ya nos ha comentado que sería muy extraño que procree", explica Javier Cabanes, que esperaba poder regalar las crías entre la familia: "Tenemos un sobrinito que quería un cachorro, pero no podrá ser".

El descubrimiento de esta enfermedad de Simba fue descubierta de manera casual mientras la operaban de algo más grave, la paralización de sus piernas traseras por el pinzamiento de una vértebra. Fue necesario intervenirla de urgencia a las dos de la madrugada para evitar que quedara paralítica. Que la operación costara 1.500 euros no fue la única sorpresa: "Salió el veterinario y me dijo que le había encontrado un pene interior a Simba y que era hermafrodita. Le dije que no estaba para cachondeo", rememora el dueño.

Para Javier Cabanes que su perra sea hermafrodita "no es un problema de salud tan grave como que una vértebra le presione un nervio o que tenga un soplo en el corazón, que es lo primero que nos dijeron en la primera revisión". Y es que, como denuncia el dueño de Simba, con esta clase de perros se efectúan "tantos cruces y tantos experimentos que acaban apareciendo estas enfermedades tan raras". De todas maneras, Cabanes destaca que "Simba es una perra estupenda, cariñosa y a la que mis hijos le hacen de todo sin que rechiste. La queremos como una más de la familia".

El síndrome de reversión sexual

El veterinario Daniel Bolta explica que se denomina, en general, hermafroditismo a aquellas enfermedades del desarrollo del aparato reproductor que causan que coexistan características físicas de los dos sexos en un mismo animal. Hay varias enfermedades que pueden hacer que ocurra esto. Un hermafrodita verdadero tiene tanto testículos como ovarios. Los pseudohermafroditas pueden ser masculinos o femeninos. Bolta explica que los hermafroditas masculinos tienen testículos, pero genitales femeninos externos y los hermafroditas femeninos tienen ovarios, pero genitales masculinos externos. El síndrome de reversión sexual (XX) causa que tengan un sexo genético, que es diferente al sexo gonadal, o sea que tienen testículos y genitales masculinos externos, pero genéticamente son hembras. Éste es el más común. El síndrome de feminización testicular (XY) causa que tengan testículos junto con genitales femeninos externos. "Esto ocurre porque la testosterona no se transforma en dihydrotestosterona, la hormona que se necesita para la masculinización de los genitales externos". r .g.xàtiva