¿Si el campeonato lo gana un valenciano es porque la cocina de aquí es la mejor de España?

La cocina valenciana está de enhorabuena porque tenemos chefs de Champions League. Hemos progresado mucho. Valencia ya no es solo paella y playa, sino que tenemos una oferta más amplia.

¿Cuánto dinero ha ganado?

Seis mil euros, pero nosotros hemos invertido 7.500. Cuando vayamos a competir a nivel europeo necesitaremos financiación y ayuda de empresas privadas.

¿Cómo luce el premio si no tiene restaurante?

No me hace falta. La gente nos buscaba antes y lo hará ahora. Nuestro lema es respetar a los clientes. Si quieres ser el mejor no puedes pensar en el dinero. Nos ilusiona el premio, pero no nos va a cambiar.

Dice usted que ha entrenado durante tres meses diez horas al día: ¿Qué significa entrenar?

Hemos tenido hasta un preparador físico para que nos ayudara a aguantar un campeonato de cinco horas y media a tope, sin pausa. El entrenamiento consiste en repetir muchas veces lo que vas a cocinar en el concurso hasta hacerlo con los ojos cerrados. Después está la organización del box o saber solucionar los problemas.

¿No es demasiado elitista la cocina?

Así es. Yo me considero cocinero y no un pop star. A mi lo que me gusta es cocinar, aunque reconozco que hacía falta una revolución en el mundo de la gastronomía.

¿Es tradicional o vanguardista?

Un poco de todo. Hay una cocina para cada momento, como la música.

¿Cuántos años lleva en la brecha?

Desde siempre. Estudié cocina, pero hoy me doy cuenta que me hace falta saber de todo, hasta química.

¿Y cómo suple sus carencias?

Formándome por mi cuenta.

Entonces, ¿no es una cuestión de talento?

Creo en el trabajo y la constancia.

¿Con quién se identifica, con el malogrado Santamaría o con Adrià?

Ni con uno ni con el otro. Creo que hay que estudiar y aprender de todos y crear uno su propia línea. Intento absorber lo que me interesa y aplicarlo a mi estilo.

¿Sabría definir su estilo?

Cocina personal, con puntas de sabor muy fuertes, trabajada, de productos muy naturales.

¿Que le diría al que come mucho sin apreciar la calidad?

Pues que se puede disfrutar de todo.

¿Pero si no se puede ir a un restaurante con estrellas Michelín por una cuestión económica

?

No hace falta ser estrella Michelín en esta vida. Lo importante de la comida es que sea buena. Una sardina es barata y si es buena es un manjar. Lo mismo ocurre con un tomate recién cogido del huerto. A veces algo sofisticado no se puede ni digerir.

¿La línea a seguir sería buena materia prima y mejor cocina?

El cocinero es un compositor de aromas y sabores. Lo que se debe hacer es coger un producto, analizarlo y cuando ya lo conoces combinarlo.

¿Usted cocina en casa?

Hago de todo, aunque prefiero un tomate cortado con aceite, un capellán o un figatell antes que otras cosas.

¿Alguna felicitación especial?

La de mi abuelo. Fue muy fuerte oírlo llorar de emoción con 96 años a las espaldas.