¿Qué descubrió en 1988 que hizo tambalear su concepto de servicios secretos?

Había estado varios años en la unidad contraterrorista de la CIA y ese año me destinaron al Centro de Inteligencia de los marines, en el que acababan de invertir 20 millones de dólares en sofisticados sistemas. Pero al llegar, comprobé que los analistas hacían cola para usar un ordenador con internet. Al preguntarles por qué no trabajaban con la información clasificada, me respondieron que en «el mundo de lo secreto» no se sabía nada útil sobre Haití o Somalia. En ese momento decidí crear el Centro de Inteligencia de Fuentes Abiertas.

¿Qué diferencia hay entre información e inteligencia?

La diferencia es que la inteligencia es la respuesta a un cliente específico sobre un asunto específico, qué es lo que necesita saber en un momento de conflicto. Este conocimiento ha estado tradicionalmente reservado al poder, pero la revolución tecnológica ha cambiado las reglas del juego.

¿Qué importancia tienen en la actualidad las fuentes abiertas en el proceso de creación de inteligencia?

Yo creo que la información basada en fuentes abiertas podría cubrir el 90 % o 95 % de las necesidades.

Parece una exageración…

Lo digo desde la perspectiva de un espía que ha visto el lado oscuro y sabe lo que no funciona. El gobierno no lo puede hacer a solas y necesita a sus 8 tribus de inteligencia.

¿Qué tribus son esas?

Hay que implicar a los académicos, a los gobiernos autonómicos, periodistas, fuerzas de seguridad y a la sociedad civil, incluyendo sindicalistas y la Iglesia…

Si el 95 % de la inteligencia puede conseguirse en fuentes abiertas, ¿por qué los gobiernos dedican cifras astronómicas?

En Estados Unidos estamos gastando 80.000 millones de dólares al año en producir apenas un 4% de la inteligencia que precisa el presidente. Pese a ese gasto descomunal, los oficiales de acción o los diplomáticos no reciben la inteligencia que precisan. A ese estilo americano de hacer inteligencia le llamamos culos en sillas., los cuales proporcionan una fabulosa ganancia a las multinacionales que obtienen contratos gubernamentales.

No debe de ser usted popular en la CIA.

No. Mis antiguos compañeros en la CIA me apodan llagas abiertas, un juego de palabras por fuentes abiertas. Saben que yo, con una agencia de fuentes abiertas, cierro la mitad de los secretos en un año.

¿Internet es la principal herramienta de inteligencia?

Es fundamental, pero la mejor es una fuente humana fresca, lo demás es medio mentira y viejo. Yo uso internet para encontrar a la persona que sabe de lo que quiero saber. Los periodistas solo publican el 10% de lo que saben. Yo quiero saber quién se acuesta con quién, qué mordidas circulan, lo que no se publica.