Comenzó la temporada taurina en la Comunitat Valenciana con una novillada organizada por la Escuela de Tauromaquia de Valencia en la centenaria plaza de toros de Requena, donde se celebraba su tradicional Feria del Embutido.

Lo cierto es que fue un plan perfecto. Paseo por las singulares calles de la ciudad y visita a los puestos de la feria, que ofrecían una amplia gama de los productos de la tierra. Y, tras el festejo a mediodía, comida con buenos aficionados disfrutando de la sabrosa gastronomía local regada por caldos de la zona, que contribuyeron a paliar el tremendo frío soportado durante el espectáculo taurino.

La novillada que abrió la campaña en la provincia tenía el aliciente de poder calibrar las posibilidades de seis nuevos valores. El coso registró una más que aceptable afluencia de aficionados, teniendo en cuenta tanto la baja temperatura a la hora del comienzo como que muchos visitantes se encontraban atendiendo la muestra gastronómica.

Se lidiaron reses de la ganadería de Ruiz Palomares. Un encierro muy bien presentado para este tipo de festejos y variado de pelajes, si bien su juego resultó deslucido y complicado para los actuantes, por su mansedumbre y falta de casta. A pesar de ello, los alumnos en general pasaron la prueba con nota.

Abrió el festejo Francisco Damas, que sobresalió por su variedad, su oficio y el buscarle las vueltas a su oponente. El castellonense Jonathan Varea evidenció gusto y enjundia, manejando las telas con soltura y sentido del temple. Cristian Climent sorteó un ejemplar a contraestilo, al que le supo arrancar muletazos, metido entre los pitones y pisando terrenos de cercanías. Aitor Dario El Gallo plantó cara con gallardía a un complicado oponente, frente al que no se aburrió. Jorge Expósito exhibió un toreo de buen aire y Junco Moreno firmó los momentos más rutilantes. Mostró impronta, personalidad, una singular puesta en escena y firmó una labor de notable trazo.