Las vistas que se encuentran los visitantes en el Gran Cañón del Colorado en Arizona (EE UU) no son en absoluto aptas para aquellos que padecen enfermedades cardiovasculares o vértigo.

A una altura más que considerable de 1,3 kilómetros sobre el cauce del río Colorado y sobre una plataforma semitranparente fabricada en vidrio, los turistas pueden observar el paisaje que ofrece la reserva india de Hualapai.

Sin embargo, la construcción no se encuentra exenta de polémica ya que la citada tribu votó recientemente hacerse con la gestión de la atracción -que podría atraer hasta 3.000 visitantes al día- hacerse cargo de la gestión de una plataforma sobre el Gran Cañón, conocida como Grand Canyon Skywalk, y quitársela al promotor de Las Vegas que la construyó.

El ideologo de la construcción, David Jin, se asoció en su momento con los Hualapai para construir el puente de vidrio en forma de herradura que se adentra al Gran Cañón desde territorios de la reserva. Pero las dos partes se han enfrascado en una disputa contractual durante el año pasado sobre las acciones de los ingresos y un centro de visitantes incompleto.

Al margen de las disputas legales entre los indios de la zona y los constructores, los visitantes pueden disfrutar de una de las vistas más espectaculares del país.