Con el cierre de Ca Sento, toda una institución gastronómica en Valencia en las últimas décadas, se consuma un annus horribilis para la alta cocina valenciana. Raúl Aleixandre bajó la persiana de su restaurante del Marítimo el pasado sábado, víctima de la crisis. No desaparece su arte culinario -Aleixandre tiene desde hace un tiempo un gastrobar en El Carmen y abrirá un comedor con música en la zona de la avenida de Aragón, pero todo con fórmulas renovadas y más económicas. Y con él ya van tres estrellas Michelín "caídas".

"Queridos amigos y clientes, debido a la difícil situación que vive nuestro país, unida a ciertas circunstancias ajenas a nosotros, nos hemos visto obligados a poner punto final a esta etapa de nuestra vida. Ha sido un placer poder servirles durante todos estos años. Aunque con pena, no nos vamos tristes, sino ilusionados por nuevos proyectos de futuro. Volveremos en breve renovados y reforzados, así que, esto no es un adiós, sino un hasta luego. Pronto tendréis noticias nuestras. Un abrazo, Raúl Aleixandre". Fue la despedida del chef del mítico Ca Sento, al frente del cual relevó a sus padres fusionando la cocina tradicional marinera de su madre con la cocina estratosférica que aprendió junto a Ferran Adrià en El Bulli.

Ca Sento tenía una estrella Michelín -la primera de Valencia- y unos precios al alcance de pocos. Intentó adaptarse a los tiempos de vacas flacas y a la desaparición de las comidas de negocios, políticos y empresa, diversificó el negocio... pero no ha sido suficiente.

Los nuevos caminos

No hace mucho, el pasado febrero, que otro cocinero valenciano laureado con una estrella -y tres soles- optaba por dejar atrás la cocina de lujo y emprendía otros caminos. Ricard Camarena trasladó su exitoso Arrop de Gandia a Valencia. Después de dos años en los bajos del Caro Hotel, anunció que no renovaba el contrato con la gerencia del establecimiento y se embarcaba "en un proyecto más personal".

"Ahora es momento de continuar arriesgando. Arrop y Caro Hotel divergen sus caminos para abordar nuevos desafíos. En el caso de Ricard el futuro pasa por proyectos más personales e íntimos. Proyectos más cercanos pero irremediablemente ligados a Valencia y a su gastronomía honesta, sincera y esencial", apuntaba en un comunicado. Poco a poco, se iban conociendo sus nuevos proyectos: en primer lugar, se ha quedado con el popular bar del Mercat Central de Valencia y, recientemente, se ha sabido que recuperará en cuestión de unos pocos meses el antiguo local de Torrijos en Russafa para convertirlo en dos restaurantes, uno de alta gastronomía que tendrá que volver a pelear por las estrellas y otro de tipo bistró. También tiene pendiente la resolución del contrato de la restauración del Palau de les Arts, al que opta.

Precisamente, el veterano Óscar Torrijos fue el primero en sufrir en sus carnes este año negro para la restauración de alta gama en Valencia ciudad. Torrijos traspasó su local de la calle Doctor Sumsi a su yerno Josep Quintana, en 2001. El restaurante se llamó Torrijos, y la Michelin le conservó la estrella que le había otorgado a Óscar en 1992. Pero Torrijos, por cuestiones familiares, cerró. Óscar Torrijos, tras el traspaso, estuvo en los fogones del Hotel Westin, pero un poco antes abrió en la calle Finlandia OscarGastrovi. Después lo contrató el Westin durante tres o cuatro años pero allí -como ocurría en el caso de Ricard Camarena- debía pagar al hotel un canon importante y llegó la crisis. Entonces regresó a la calle Finlandia, donde sigue.

Esto ha hecho que, en cuestión de poco tiempo, Valencia haya perdido por el camino tres de las seis estrellas Michelín que tenía. Torrijos había salido antes, a Camarena y Aleixandre se las había renovado la guía en 2012. Sobreviven La Sucursal y Vertical, ambos de los mismos propietarios, y Riff.

Quique Dacosta, en la misma línea que han emprendido sus compañeros, tiene un local de tapas y un gastrobar abiertos en Valencia ciudad, y es el único valenciano con dos estrellas Michelin y que acaba de entrar en la lista de los mejores restaurantes del mundo que elabora la revista Restaurant, pero estos reconocimientos corresponden a su restaurante de Dénia.