De polémica en polémica. Las últimas actuaciones urbanísticas del Ayuntamiento en Alicante están generando críticas unánimes entre vecinos, comerciantes y prestigiosos arquitectos alicantinos.

La decoración que se ha escogido para espacio la plaza Pío XII, a base deserpenteantes rayas blancas pintadas en el pavimento, no está dejando indiferente a nadie. Los vecinos más mayores critican que se marean al andar por esta plaza, pero lo más grave es el efecto que este tipo de decoración tiene en personas que sufren de epilepsia fotosensible. La Asociación de Epilepsia en la Provincia de Alicante, ya ha pedido una reunión urgente con el Ayuntamiento para trasladarle este problema y buscar soluciones, señaló ayer la presidenta de la entidad Carmen Carretón.

La hija de Tiffany Pérez, vicepresidenta de la asociación, sufre esta enfermedad que provoca ataques cuando se observan determinados patrones de formas, por ejemplo de rayas, como en el caso del suelo de la plaza. «Mi hija es un caso extremo. No puede leer un periódico porque las líneas le causan crisis. Un simple babi de colegio o las rayas de las persianas cuando va por la calle también le afectan». Estos pacientes «se quedan como enganchados al observar estos patrones y no necesariamente tienen una crisis de convulsiones, mi hija a lo mejor se queda como ausente, pero si en ese momento se le pudiera hacer un escáner cerebral se vería que en él hay miles de descargas».

Pérez vive muy cerca de la plaza de Pío XII «y obligatoriamente pasamos por allí todos los días, lo que a mí me va a generar un problema». Esta madre no entiende «cómo el Ayuntamiento no tiene en cuenta este tipo de consideraciones a la hora de diseñar espacios públicos».

En los mismos términos se expresaban Leonardo Plaza y Guillermo Sánchez. «Alguien tendría que explicarnos qué significan tantas rayas en el suelo, porque no tiene sentido. Nos gustaba mucho más lo que había antes. Además, nos da miedo caernos».

Manoli, una comerciante de la zona, criticaba que «no se han puesto juegos para los niños, ni bancos y las zonas verdes brillan por su ausencia, cuando se supone que en la ciudad quieren fomentar este tipo de espacios».